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El nuevo BMW iX5 Hydrogen es un vehículo desarrollado por BMW para impulsar la movilidad sin emisiones, utilizando hidrógeno como fuente de energía. Esta iniciativa se enmarca dentro de los esfuerzos de la compañía por avanzar hacia un transporte más sostenible y libre de emisiones. El proyecto comenzó en 2019 y tras varios años de desarrollo, BMW lanzó una flota de algo menos de 100 vehículos para probarlo en diferentes escenarios. Hasta la fecha, estos vehículos ya han acumulado más de un millón de kilómetros recorridos.
El hidrógeno está considerado como una fuente de energía versátil y clave en la transición hacia energías renovables, ayudando en la lucha contra el cambio climático. Oliver Zipse, presidente de BMW, ha destacado que el hidrógeno complementa las tecnologías existentes, acelerando la transformación del sector de la movilidad. Aunque no es la única solución, juega un papel fundamental para lograr una movilidad climáticamente neutra a nivel global.
Este novedoso BMW iX5 Hydrogen se ha fabricado a partir del modelo BMW X5, el SUV mediano de la firma alemana. El protagonista de este artículo está equipado con un sistema de celdas de combustible que convierte hidrógeno en electricidad mediante una reacción química entre el hidrógeno gaseoso y el oxígeno del aire que genera una potencia continua de 125 kW (170 CV). Cabe recordar que BMW ha contado con la colaboración de Toyota para el suministro de celdas de combustible.
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La fabricación de los sistemas de celdas de combustible se realiza en uno de los centros de BMW en la ciudad de Múnich (Alemania). El proceso de producción incluye la creación de una pila de celdas de combustible que se ensambla mediante una serie de componentes clave, como un compresor de alta velocidad y una bomba de refrigerante de alto voltaje. Las celdas se montan en una carcasa de aluminio fabricada mediante fundición en arena, garantizando un rendimiento óptimo y máxima durabilidad en condiciones de conducción reales.
El sistema de propulsión del BMW iX5 Hydrogen combina el sistema de celdas de combustible con un sistema de tracción perfectamente integrado. Dicho sistema está basado en la tecnología eDrive de quinta generación de BMW. Para hacer andar al coche, la unidad de potencia incluye motor eléctrico, transmisión y electrónica en un solo módulo compacto. Además, el vehículo cuenta con una batería desarrollada específicamente con tecnología de iones de litio, proporcionando una potencia máxima total de 295 kW (400 CV) y que es capaz de recuperar la energía en las frenadas.
Características técnicas
El BMW iX5 Hydrogen está equipado con dos tanques de hidrógeno de 700 bar de capacidad, hechos de plástico reforzado con fibra de carbono (CFRP). Estos depósitos almacenan alrededor de seis kilogramos de hidrógeno, otorgando al modelo una autonomía de 504 kilómetros homologados en el ciclo WLTP. Por su parte, acelera de 0 a 100 km/h por debajo de los 6,0 segundos. La velocidad máxima supera los 180 km/h.
A la hora de realizar la recarga de los tanques de hidrógeno, esta se ejecuta en unos tres o cuatro minutos, similar a un coche de combustión interna, eliminando de esta manera los altos tiempos de carga de un vehículo eléctrico. El consumo de hidrógeno es de 1,19 kg/100 km. El sistema de celdas de combustible proporciona 170 CV de potencia continua, mientras que la batería y el sistema de propulsión eléctrica alcanzan una potencia combinada de 400 CV.
“El futuro pasa por el hidrógeno”
Este vehículo representa la visión de BMW, como fabricante, a la hora de diversificar las opciones de movilidad sin emisiones. El hidrógeno está considerado como una gran alternativa en los órganos de decisión de la compañía muniquesa. Así, Joachim Post, doctor en Ingeniería Mecánica y miembro del Consejo de Administración de BMW Group, es un claro defensor del hidrógeno como combustible.
Para Post, “será más fácil modificar las gasolineras actuales para convertirlas en hidrogeneras, por su puesto, con una serie de modificaciones, que llenar de puntos de recarga para vehículos eléctricos Europa. El futuro pasa por el hidrógeno y la pila de combustible”. Esta fuente de energía debe, por el momento, complementar a los vehículos eléctricos de batería.
Sensaciones de conducción
A pesar de que este tipo de propulsión pueda parecer muy diferente a un modelo convencional, un coche movido por hidrógeno comprimido se conduce exactamente igual que uno eléctrico o de gasolina. El BMW iX5 Hydrogen es casi calcado al X5 con motor de gasolina de seis cilindros que se puede adquirir actualmente en los concesionarios de la firma bávara. Por ejemplo, en la zaga faltan las salidas de escape que sí monta el modelo de combustión.
El coche de hidrógeno no cuenta con estos aditamentos. Sí que tiene un pequeño tubo de escape en la parte baja trasera del chasis por el que sale el vapor de agua de su combustión, más ecológico imposible. A la hora de circular con él, cualquier usuario notará que se conduce como un coche eléctrico convencional. Las aceleraciones son directas y los desplazamientos son muy confortables debido a la ausencia de ruido y la comodidad de sus plazas.
La prensa especializada pudo probar este modelo durante unos pocos minutos en los alrededores de Múnich, por lo que se hace necesaria una prueba más exhaustiva para poder descubrir los pros y los contras de este tipo de propulsión, aunque sí se puede asegurar que no difiere de un modelo 100% eléctrico. Por ejemplo, en vías de circunvalación, salvo por las inscripciones de “Hydrogen” que tenía en su carrocería, cualquier conductor con el que se cruzaba no lo distinguiría de un coche actual al uso.
En definitiva, la apuesta de BMW por la tecnología del hidrógeno va más allá de una simple moda. En la compañía confían ciegamente en este tipo de propulsión. Buena muestra de ello es la estrecha colaboración que el Grupo BMW y Toyota Motor Corporation han fortalecido en los últimos tiempos para desarrollar vehículos eléctricos de pila de combustible, que tendrá su punto álgido con el lanzamiento de este iX5 Hydrogen para el año 2028
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