Aunque parezca mentira, así conducirás en 2030 (más o menos)

Tres conceptos revolucionarios que anticipan cómo será el tráfico del futuro. Ingenios rodantes y voladores que pueden cambiar la movilidad urbana.

movilidad
Así imaginan algunos cómo será una ciudad en el año 2030.

En 2021 llegarán al mercado los primeros automóviles con piloto automático completo, ese que convertirá al conductor en pasajero y le permitirá dedicar el tiempo del trayecto a trabajar o relajarse. En 2025 el avance empezará a generalizarse y, hacia 2030, los analistas señalan que podría comenzar a transformar el tráfico en las ciudades. Es la fecha elegida para que el futuro de la movilidad entre en escena.

El mañana se imagina diferente al presente, con modelos autopilotados de uso colectivo que irán sustituyendo paulatinamente a los vehículos particulares. Así se podrán reducir las unidades en circulación y revertir o al menos contener la espiral del aumento del tráfico y la contaminación que atenaza a cada vez más capitales mundiales. Y como casi todos serán eléctricos, no generarán emisiones durante su utilización y ayudarán asimismo a mejorar la calidad del aire que se respira.

Los modelos también mutarán y en cinco o diez años se podrán ver nuevas tipologías de vehículos que parecían reservadas hasta ahora a las películas de ciencia-ficción. Por ejemplo, taxis robot, sin volante ni conductor, que acudirán a la llamada de los ciudadanos; motos antiaccidentes, con tecnología de equilibrado para evitar caídas, y hasta ingenios voladores que esquivan los atascos y llegan a cualquier localización, aunque no exista infraestructura de acceso. Estas tres propuestas se ensayan en la actualidad y se harán realidad en, como mucho, una década.

En un horizonte más lejano, la reducción del tráfico y las capacidades de los nuevos medios de transporte permitirían diseñar urbes más amigables. Y es que las ciudades podrán dedicar menos superficie a la circulación y más a las zonas verdes y peatonales, creando conceptos residenciales más sostenibles.

La imagen principal recrea cómo podría ser uno de estos entornos de población del futuro cercano, con aceras anchas, áreas ajardinadas, carriles bici y poco tráfico, aunque al mismo tiempo con variedad de alternativas de movilidad: bicis, coches, minibuses y hasta torres de motos.

Todos, eléctricos, y la mayoría autopilotados: nótese al hombre trajeado que parece que vaya a coger un taxi autónomo estacionado (esquina inferior derecha) y el modelo pequeño y abombado (circula por detrás de los taxis) en el que el conductor va consultando el móvil. La nueva movilidad está a las puertas.

Volkswagen Sedric

El coche que viene cuando se le llama
Igual que Michael Knight llamaba a KITT, su coche fantástico, en la conocida serie de televisión de los años ochenta, los ciudadanos del mañana podrán llamar a Sedric para que vaya a buscarlos. Accionarán un mando específico y el vehículo acudirá a la localización. Después, le hablarán para indicarle el destino. Así es como se imagina el Grupo Volkswagen el transporte en las urbes del futuro.

Sedric cuenta con piloto automático completo, de nivel 5, y carece por tanto de volante y pedales. Los pasajeros acceden al interior a través de puertas laterales que se abren como las de un ascensor y disfrutan de un espacio diáfano, con dos banquetas enfrentadas que pueden acomodar a cuatro personas. La mecánica, por su parte, es eléctrica y no produce emisiones, y ofrece una autonomía de unos 400 kilómetros.

Volkswagen Sedric

En principio, Sedric está pensado para un uso particular, aunque podría también utilizarse para flotas de coches compartidos. Su nombre proviene de self-driving car o coche autopilotado en inglés.

Este concepto es el primer prototipo del Grupo Volkswagen, y no de una de sus marcas, y actuará como un acelerador tecnológico para acortar los plazos de I+D y facilitar a las distintas firmas del consorcio el acceso a esta tecnología. Volkswagen ha anunciado que lanzará su primer modelo autónomo completo en 2025, por lo que Sedric podría salir un poco después, antes de 2030.

AIRBUS POP.UP

Una cabina para volar y circular
Circula en superficie, como un automóvil, y también por el aire, como un helicóptero. Y así, permite olvidarse de los atascos y llegar a cualquier destino, aunque no existan accesos. La idea proviene de la compañía aeronáutica Airbus y de la de diseño Italdesign, que se han asociado para concebir este vehículo conceptual llamado Pop.Up.

Funciona con electricidad, se autopilota, tanto en asfalto como sobre él, y está pensado para un uso público. Pero, sobre todo, puede cambiar para siempre la movilidad en las ciudades y acercar un escenario que hasta ahora solo se había contemplado en las películas. Los ocupantes acuden a una estación y cogen una cabina. Y una vez en destino, el Pop.Up vuelve solo a un punto de recogida de viajeros.

Consta de tres partes: la central o cabina, con espacio para dos personas (2,6 metros de largo); la superior o aérea (4,4 metros), y la inferior (3,1). Llega a 100 km/h, con las hélices y las ruedas, y, gracias a su construcción ligera, tiene 130 kilómetros de autonomía en el suelo y 100 en el aire.

Airbus anuncia que el proyecto podría ser realidad en un plazo de 7 a 10 años, aunque requeriría, entre otras cosas, cambios en la normativa de tráfico aéreo para que se permita sobrevolar las ciudades.

BMW MOTORRAD NEXT 100

La moto que se mantiene de pie
Las motocicletas, por su facilidad para aparcar y su agilidad para desenvolverse entre el tráfico urbano, son otro de los medios de transporte que deberían potenciarse en las ciudades del futuro para facilitar la movilidad.

BMW ha imaginado cómo podría ser esa moto del mañana y, entre otros avances, tiene la capacidad de mantenerse sola de pie, sin ayuda del piloto. La clave está en un sistema de equilibrado automático que, además, podría eliminar la necesidad de llevar casco porque el piloto nunca caerá al suelo.

Está fabricada en fibra de carbono y aluminio para aligerar al máximo el peso y extraer el mayor radio de acción posible de sus baterías, porque equipa motor eléctrico. Y tiene un bastidor flexible que permite girar y virar sin necesidad de aplicar articulaciones mecánicas, aparte de múltiples ayudas electrónicas de seguridad que optimizan su comportamiento.

Además, no hay instrumentación física, sino unas gafas con realidad virtual que permiten visualizar un tablero digital multifunción.

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