Algunos trucos para un verano más feliz al volante

Las vacaciones están ya en puertas para muchos (entre los que me incluyo) y también muchos utilizarán su vehículo como medio de transporte para disfrutarlas. Una época del año especial y en la que nuestro coche o moto cobra un protagonismo destacado, así que me voy a permitir compartir con aquéllos que pasáis por este espacio mis pequeños trucos para que sea un tiempo lo más feliz posible.

No pretendo recordar a nadie debemos tener el coche a punto, huir de comidas copiosas o evitar los días más conflictivos de circulación. Eso lo sabemos ya casi todos. Prefiero centrarme en algo así como psicología del automovilista, es decir, actitudes que todos identificamos como beneficiosas pero que en ocasiones olvidamos y que no está de más que alguien nos recuerde para intentar aprovechar sus ventajas, que son incontables. Por supuesto que cada conductor presenta sus particularidades y no es mi intención sentar cátedra con nada de esto, sólo reflexionar en voz alta sobre lo que a mí me ayuda a que mis viajes resulten más gratificantes. Espero que algo te pueda aportar y…. ¡felices vacaciones!

Desconecta también en el coche. Nos vamos de vacaciones para descansar, romper con la rutina diaria y dejar atrás las inevitables complicaciones y compromisos. Pues debemos hacer lo mismo en nuestro vehículo. Sufrimos menos prisas, menos tensiones y nuestra actitud al volante debería adaptarse a este escenario ideal. Disfruta del paisaje, de la propia conducción, de la carretera y de nuestros acompañantes; olvida los atascos, las urgencias y casi el reloj. Tan importante como alcanzar el destino es vivir plenamente cada instante mientras que lo hacemos.

Respeta a los demás conductores. Con ese talante nos resultará también más sencillo respetar al resto de los ocupantes de la vía pública. Poner en práctica un ejercicio de tolerancia y comprensión es altamente beneficioso para nuestra salud mental. Además, soy de los que piensa que a la larga la vida te devuelve lo que le ofreces, así que en esta época tenemos una buena oportunidad para ser más pacientes con el resto del mundo. Con el peatón anciano que cruza lento la calzada o con el joven principiante que comete aún errores; con el listillo que se cree superior al resto, no le des importancia porque bastante tiene ya con su prepotencia; si alguien conduce mal, no le cuestiones y se positivo valorando que tú lo haces, afortunadamente, mejor y puedes escapar de sus maniobras. En definitiva, convivir en el tráfico sabiendo que tampoco aquí el mundo ideal existe.

Aparca tu teléfono móvil. Hablamos al principio de la desconexión de las obligaciones cotidianas y una de las que más nos condiciona en esta sociedad hiperconectada es el teléfono móvil. Ahora es el momento de dejarlo un poco de lado, al menos mientras conducimos… Sí, ya sé que debería ser así siempre pero todos sabemos que estos dispositivos se han convertido en uno de los grandes peligros de la circulación. Miles de automovilistas utilizan sus teléfonos inteligentes mientras conducen, no sólo para hablar (para mí ya casi lo de menos) sino para enviar mensajes, consultar información o revisar su correo electrónico. Sencillamente terrible. Las distracciones que esta actitud pueden causar son letales, ya es habitual ver a vehículos perdiendo su trayectoria porque quien lo maneja está pendiente de una pantalla y no de la carretera. Aprovechar las vacaciones para desintoxicarse de esta peligrosa adicción es una de las propuestas más valiosas que se me ocurre.

Evita cualquier riesgo. De todo tipo, los personales, con los demás, de sanción… Igualmente debería ser un talante ineludible en cualquier conductor, pero del mismo modo sabemos que la exigencia diaria nos lleva en ocasiones a rebasar ciertos límites y entrar en zona de riesgo. Arruinar unas vacaciones, y en ocasiones mucho más que eso, por ganar unos minutos al reloj o no ceder en determinada maniobra debería ser impropio de seres racionales. Y como mal menor, volverse a casa con una multa o menos puntos en el carné cuando no había necesidad alguna de ello. Otro entrenamiento que nos puede resultar muy útil para el resto del año, si somos caces de tomar conciencia de que la seguridad es más importante que cualquier otro factor nuestras vacaciones además de placenteras habrán sido enriquecedoras.

Planifica sin compromisos. Preparar nuestro viaje por carretera siempre ayuda a evitar imprevistos. Ahora es sencillo acceder a todo tipo de información sobre la mejor ruta para alcanzar nuestro destino, el estado de las carreteras o el tráfico, localizar hoteles o restaurantes, calcular el tiempo del desplazamiento… Hacerlo me parece un buen hábito aunque tampoco debe encorsetarnos hasta suponer una obligación casi mayor que las laborales que padecemos el resto del año. Insisto en que creo que la clave está en el talante, en la actitud. Disfrutar, vivir el momento, valorar lo que tenemos, escapar de tensiones… Quizá todo esto suene un poco zen, lo reconozco, pero te garantizo que si durante estos días intentas cambiar un poco de registro quizá veas las cosas de otro modo. Al menos, me gustaría que fuera así.