El Opel Astra se impone entre los compactos

Opel Astra 1.6 CDTi Dynamic, Peugeot 308 1.6 BlueHDi Style, Renault Mégane 1.5 dCi Zen y Seat León 1.6 TDi Connect Plus. Cuatro modelos que compiten por el liderato del mercado español.

Cuatro modernos compactos, frente a frente.

MÁXIMA IGUALDAD Y COMPETENCIA FEROZ

La llegada simultánea de las nuevas sagas de los Opel Astra y Renault Mégane, dos superventas históricos en España y Europa, anuncia una batalla encarnizada entre las marcas populares que siguen la estela del VW Golf, referencia en este tamaño aunque con un precio superior.

Los dos recién llegados se enfrentan en esta prueba al Seat León, líder español, y al Peugeot 308, otro superventas. Todos tienen carrocerías de cinco puertas, motores turbodiésel de 1.5 a 1.6 de cilindrada y cambios manuales, configuraciones que concentran la mayoría de las ventas. Se impone el Opel por la mínima, seguido a un punto por el Peugeot, y con el Renault y el Seat igualados detrás a dos del 308 y penalizados solo por los precios. Pero en la valoración previa a la economía (precio y equipo de serie), el Astra y el León empatan en cabeza. Y es que hay tal igualdad que con otro motor, e incluso con el mismo y distinto acabado, el veredicto podría ser muy diferente.

El Opel Astra se impone gracias en parte a su tamaño: al ser algo más largo, ofrece unas plazas traseras mayores. Añade además un interior de diseño moderno y bien presentado, y aunque es más rumoroso y el maletero está mal aprovechado, sale más barato e incluye, junto al Mégane, el mejor equipo de seguridad. Se vende con cuatro motores de gasolina, del 1.0 turbo de 105 CV al 1.6 turbo de 200 CV (desde 18.800 a 24.200). Y hay tres 1.6 CDTi turbodiésel de 105 a 160 CV (de 21.100 y 23.900 euros).

El Peugeot 308 es segundo y se apoya en una imagen sólida y elegante, un interior vistoso y el mejor maletero de la prueba. Tiene un nuevo motor 1.6 BlueHDi más versátil y potente y unos descuentos que refuerzan su atractivo. Se vende con cuatro motores de gasolina: desde el 1.2 de 82 CV (a partir de 17.800 euros) hasta el 1.6 THP de 205 CV (29.550). Y hay tres turbodiésel: del 1.6 BlueHDi de 100 CV al 2.0 BlueHDi de 180 CV (de 21.050 a 31.850).

El nuevo Renault Mégane es tercero, igualado con el Seat León. Ha ganado gancho estético con un estilo más deportivo que se refleja en el frontal. Pero por dentro es más sobrio y tiene plásticos menos vistosos. En cambio, permite elegir entre cinco modos de conducción desde la pantalla táctil, ofrece un buen maletero y un equipo de seguridad como el Astra. Y le penaliza el precio. Se vende con tres motores TCe de gasolina: del 1.2 de 100 CV al 1.6 GT de 205 CV (desde 18.200 a 29.100 euros). Y hay tres 1.5 dCi turbodiésel de 90 a 130 CV (de 20.300 a 25.400 euros.)

El Seat León sigue en forma, con una imagen deportiva, un interior muy práctico y funcional y un completo equipo de serie. Y sobre todo, la mejor estabilidad y la conducción más fácil y divertida. Pero le perjudica el precio: Seat concentra los descuentos si se financia con la marca. Se vende con seis motores de gasolina: 1.2 de 110 CV a 2.0 TSi de 290 CV (desde 18.980 a 34.050 euros). Y hay cuatro turbodiésel: del 1.6 TDi de 110 CV al 2.0 TDi de 184 CV (de 20.550 a 26.680 euros).

Los precios no incluyen descuentos ni Plan Pive.

CONDUCCIÓN

Máxima igualdad mecánica y diferencias de matiz en el comportamiento. Salvo el Renault, que equipa un motor 1.5 dCi de 110 CV, los demás recurren a versiones 1.6, también de 110 CV en el Opel y el Seat, y de 120 CV en el Peugeot. El más completo es este último, tanto por potencia, que le aporta unas prestaciones ligeramente superiores, como por versatilidad, porque tiene la respuesta contundente de los diésel desde solo 1.500 vueltas y después se estira hasta cerca de 5.000, casi como si fuera de gasolina, aunque no merece la pena. Y en la práctica tiene un poco más de nervio al adelantar. El Astra también responde con más brío que el León y el Mégane, sobre todo a bajas revoluciones, pero luego se queda sin gancho a 4.200. Y los otros dos tienen menos fuerza a bajo régimen. Además, al Seat le penaliza el cambio, con solo cinco marchas, que provoca unos saltos mayores entre ellas.

Los cuatro ofrecen un buen agarre en todo tipo de curvas y un comportamiento muy seguro, en parte por sus ayudas electrónicas. Pero el más fácil y homogéneo es el Seat: tiene unas reacciones más ágiles y equilibradas y obedece con mayor docilidad al conductor. Y como da mucha confianza, se disfruta más al volante. Los otros tres están muy igualados, aunque con diferencias de matiz. El Opel le sigue muy de cerca, y tiene mérito porque es casi 150 kilos más pesado que los demás. Así, a pesar de ir más blando de suspensiones e inclinarse un poco más a la entrada de las curvas, una vez se apoya da mucha confianza, y el tren delantero entra con docilidad en las curvas. El Mégane transmite sensación de aplomo, sobre todo en asfaltos buenos, donde es tan estable como los anteriores. Pero acusa más los balanceos al subir el ritmo: tiene unos reglajes menos enérgicos que no sujetan tanto la carrocería y pierde agilidad, sobre todo en pisos bacheados. El Peugeot ofrece un buen compromiso de suspensiones y es el que menos se inclina en las curvas. Pero, al llevar un volante muy pequeño, equipa una dirección más asistida que los demás para evitar que sea muy dura. Y así transmite menos al conductor lo que pasa entre la rueda y la carretera al tomar una curva.

Todos frenan sin desequilibrios en caso de apuro, pero el Mégane necesita más metros para detenerse, en parte porque era el único con llantas de 16 pulgadas (17 los demás). Y el Opel para muy bien a pesar de su mayor peso. En la calidad de conducción, el más directo y agradable es el Seat, con unos mandos siempre a mano y un tacto muy preciso que hace sentirse a gusto desde el primer momento. El Mégane también es muy agradable y permite elegir entre cinco programas de uso el que mejor se adapte a los gustos de cada uno. El Astra va bien, pero con un cambio de accionamiento menos preciso y un tacto más rumoroso en la mecánica y la rodadura. Y al 308 lo penaliza un puesto de conducción complicado que exige al conductor adaptarse a su ergonomía y no al revés como los demás.

ECOLOGÍA

El Peugeot ha sido el que menos ha gastado en la prueba, pero con una diferencia mínima con el Seat, que en las cifras oficiales es el peor. Consumen algo más de cinco litros en conducción suave y suben a siete en ciudad y estirando más las marchas. El Opel y el Renault han gastado lo mismo, pero un poco más, aunque sin llegar a medio litro de diferencia. Y el Astra tiene mérito en ciudad, porque es el único sin start & stop.

Las emisiones de C02 son muy bajas en los cuatro: 94 g/km el 308, 95 el Renault, 97 el Astra y 102 el León.

VIDA A BORDO

El Opel y el Renault son 10 centímetros más largos, y el primero lo utiliza para ampliar el espacio para las piernas de las plazas traseras. Le sigue el Seat, que es más desahogado que el Mégane y el 308, algo justos si viajan delante personas de más de 1,80 metros. El Astra es también el más apropiado si se van a ocupar las tres plazas posteriores, tanto por anchura como por el diseño de la banqueta y el respaldo. Además, se toca menos con la cabeza en los laterales del techo y lleva un túnel central más discreto que molesta menos en los pies. En realidad, la plaza central más cómoda es la del León, que, a pesar de ser el más estrecho, tiene una banqueta más plana y recoge mejor, pero le penaliza un túnel voluminoso. Y ninguno es una buena opción para viajar con tres adultos atrás, aunque cumplen para dos y un niño.

El Peugeot tiene el maletero más grande según nuestras mediciones y anuncia la mejor cifra oficial. Le sigue de cerca el Mégane, que aprovecha aquí su mayor longitud y además puede llevar debajo una rueda de repuesto normal opcional (100 euros). El tercero es el Seat, que permite colocar la bandeja del piso en dos alturas para dejar la base plana al plegar los respaldos (de serie en todos), mientras en los demás se forma un escalón. El Astra acusa la mayor amplitud de las plazas traseras con el maletero más pequeño, pero se debe en parte a que la rueda de emergencia, situada bajo el piso, incluye un relleno de espuma muy abultado que resta espacio y no aporta nada. Todos tienen repisas, posavasos y un apoyabrazos con cofre interior en la zona del freno de mano, pero el Mégane y el 308 incluyen unas guanteras enormes y el último suma las bolsas más grandes en las puertas.

El Astra es también el mejor presentado por dentro, con un diseño más elaborado y un aspecto vistoso tanto en el tablero como en la instrumentación y mandos. El Seat es más clásico, pero con una calidad de materiales y ajustes notables y una buena funcionalidad; lleva todo en la posición lógica y natural y menús de uso más intuitivos. El Mégane es el más completo para regular y personalizar mandos y accesorios, con el sistema Multi-Sense y sus cinco modos de conducción que varían la respuesta del acelerador y la dirección: Eco, Confort, Sport, Personal y Neutral. Pero los plásticos y la consola central presentan un aspecto más discreto. Y el Peugeot utiliza materiales sólidos y consistentes que le dan presencia, pero con una consola central austera y una pantalla táctil de uso poco intuitivo. Y su punto más discutible es el puesto de conducción: lleva la instrumentación en alto y un volante pequeño que hay que colocar muy bajo para ver los relojes y obliga a adaptarse al coche y no al revés como sus rivales.

Los cuatro tienen suspensiones que filtran bien y permiten hacer viajes largos con confort, y solo el Seat resulta algo más seco en las pequeñas irregularidades. La sonoridad es correcta, aunque el Astra es más rumoroso, tanto por motor, al acelerar a bajo régimen, como en la rodadura.

IMAGEN Y DISEÑO

No impactan por su aspecto rompedor, pero tienen una imagen moderna y funcional. El Opel recurre a un frontal bajo y una parrilla delgada y discreta, y aplica trazos suaves y armoniosos. El Peugeot prima la solidez con una parrilla más alta y formas más cuadradas delante y en el lateral, y tiene un toque elegante. El Mégane realza su carácter con un frontal en cuña muy deportivo y el rombo resaltado en el centro. Y el León busca una deportividad sin estridencias basada en una silueta baja y afilada, y los nervios laterales.

El Opel aporta el diseño interior más moderno y cuidado. El Peugeot transmite calidad, pero le penaliza un puesto de conducción peculiar. El León es sencillo, aunque muy funcional, y el Renault parece más simple y algo apagado.

PRECIOS Y EQUIPAMIENTO

Los precios oficiales son parecidos, pero los descuentos marcan la diferencia. Y favorecen al Opel y al Peugeot, que cuestan 19.803 y 19.950 euros. El Renault y el Seat suben a 21.900 y 22.100, unos 2.000 euros más (todos sin Plan PIVE ni descuentos por financiación, muy generosos en el Seat).

Todos incluyen de serie seis airbags, ABS, control de estabilidad ESP y sensor de presión de ruedas. El Seat añade un airbag más de rodilla (conductor), pero el Opel y el Renault suman extras como lector de señales, aviso de cambio de carril y frenada automática de emergencia. El comportamiento dinámico es también seguro en los cuatro, con diferencias mínimas.

El equipo de serie presenta más diferencias, con ventaja del Mégane y el León. Todos incluyen climatizador, control de velocidad, ordenador de viaje, equipo de música con pantalla táctil, USB, bluetooth y mandos en el volante, retrovisores eléctricos y sensores de lluvia y faros. El Peugeot y el Renault llevan llantas de aleación de 16 pulgadas (el Opel y el Seat, de 17), pero añaden navegador y sensores traseros de aparcamiento. Y salvo el Astra, todos incluyen retrovisores con plegado eléctrico, pero este suma órdenes orales y el sistema Open OnStar, con wifi 4G a bordo y otros servicios. Sin embargo, el Mégane y el León son más completos. El primero tiene tarjeta de apertura manos libres, el sistema Multi-Sense con cinco modos de conducción y conectividad Full Link, como el Seat, que suma cámara trasera y teléfono Samsung Galaxy A3.

CONCLUSIÓN

Gana el Opel por la mínima. Es el más asequible y ofrece un interior bien presentado, las mejores plazas traseras y un completo equipo de serie en seguridad. Le sigue el Peugeot, que tiene el mejor motor, el maletero más grande, buena presencia y el precio del Astra. El Renault y el Seat igualan detrás y cuestan 2.000 euros más. El Mégane destaca por su aire deportivo y los modos de conducción, tiene un maletero grande y un buen equipo de seguridad. El León domina en estabilidad, se disfruta al volante y viene bien dotado de serie, pero tiene solo cinco marchas.

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