En España, a diferencia de lo que ocurre en otros países de Europa y según la ley de tráfico, los neumáticos de invierno no son obligatorios. No obstante, durante los meses más fríos del año, muchos conductores se plantean qué es mejor para su coche y para su seguridad. Eso sí, no todos son igual de válidos.
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Los neumáticos de invierno están hechos de un compuesto de goma especial. Gracias a él, cuando la temperatura es muy baja, la rueda se mantiene suave y flexible: algo fundamental para tener buena tracción.
Aquí también influye su dibujo: tiene un agresivo patrón con surcos más numerosos y profundos. A esto hay que sumar que garantizan una mejor frenada con nieve y hielo. No en vano, están concebidos para escenarios donde ambos son una constante.
Los neumáticos ‘all season’, por su parte, han sido diseñados para rendir en todas las estaciones del año, siempre que el clima, en cada una de ellas, sea moderado. Proporcionan agarre tanto en verano como en invierno, así como un buen rendimiento en la frenada cuando el asfalto está seco o mojado.

El código M+S no es la clave
¿Sustituyen los neumáticos de invierno y los ‘all season’ a las cadenas? Todo dependerá de su flanco: ahí es donde aparecen los códigos que revelan sus capacidades.
Todas las ruedas de invierno llevan inscrito el código M+S, que también aparece en algunos modelos ‘all season’. Su significado es ‘Mud + Snow’, es decir, barro y nieve: su presencia indica que ese compuesto cumple con la normativa internacional y que es capaz de rendir en superficies con acumulación de estos elementos.
Si sólo aparece este par de letras, será preciso instalar cadenas de nieve cuando sea obligatorio para circular. Únicamente los neumáticos con el código 3PMSF pueden prescindir de ellas.
La inscripción 3PMSF significa Three Peak Mountain Snow Flake, en castellano: una montaña de tres picos, que es el dibujo que la representa. La concede un laboratorio certificado cuando los neumáticos superan, con éxito, una serie de pruebas de comportamiento en carreteras con nieve, hielo y bajas temperaturas.

La multa por no llevar cadenas de nieve
Las cadenas de nieve no forman parte del equipamiento obligatorio que debe estar presente en todos los coches. Por ello, la multa es por no colocarlas cuando son obligatorias para circular.
La sanción asciende a 200 euros (100 con pronto pago) sin pérdida de puntos y, además, el vehículo no podrá seguir circulando. Eso sí, la Dirección General de Tráfico (DGT) insiste en que lo más grave no es el castigo económico: es el riesgo de perder el control del coche y sufrir un accidente de tráfico.
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