De manera progresiva y sin urgencia, las nuevas señales de tráfico que acaban de llegar al Reglamento General de Circulación irán marcando en el asfalto el comportamiento de los conductores durante los próximos años. El stop será distinto y habrá jabalíes además de ciervos para advertir de la presencia de animales, y cerca de los colegios será una niña la que lleve de la mano al niño, entre otros numerosos cambios. Habrá una nueva señal, también, para advertir de la llegada a una zona de bajas emisiones.
El Consejo de Ministros ha aprobado este martes la modificación de una normativa vigente desde 2003, de modo que el sistema de señalización vial refleje los cambios sociales y de movilidad de los 20 últimos años y despeje de las carreteras, por ejemplo, cualquier connotación de género. El real decreto de reforma entrará en vigor el 1 de julio de 2025.
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De fondo, las nuevas señales pretenden mejorar la seguridad vial con pictogramas modernizados y mensajes más claros en la línea de lo que marca la Convención de Viena sobre Señalización Vial: que conductores, peatones y demás usuarios entiendan, sin confusiones, lo que indican las placas verticales y las marcas del suelo.
Principales cambios en las señales
Las modificaciones buscan alinear el reglamento de circulación con la ley de tráfico, mejorar la comprensión y visibilidad, modernizar pictogramas (como los del ferrocarril o la bicicleta) y dar una respuesta más eficaz a las necesidades de peatones y ciclistas, ha señalado en una nota la Dirección General de Tráfico (DGT).

Cuando las nuevas señales vayan instalándose en las carreteras –algunas ya lo han hecho–, los conductores encontrarán, por ejemplo, anuncios de estaciones de servicio con puntos de carga para coches eléctricos, avisos de carreteras 2+1 o carriles trenzados o placas que prohíben el paso a los patinetes eléctricos.
“La aparición de nuevos modos de transporte ha generado situaciones que requieren una regulación específica y una señalización clara, actualizada y adaptada al contexto urbano y vial actual”, ha explicado la DGT. También se eliminan aquellas que han quedado obsoletas o sus pictogramas se sustituyen por otros: el tren que alerta de la proximidad de un paso a nivel ya no parece del siglo XIX.

Asimismo, con esta modificación se han ajustado los tamaños “para favorecer una fabricación más eficiente y sostenible” y se ha fomentado “un lenguaje visual más inclusivo”. Desde el punto de vista normativo, el anexo I del reglamento recoge todos los detalles sobre forma, color, diseño, significado y dimensiones de las señales del nuevo catálogo, así como las imágenes de “todas las señales verticales y marcas viales”.

Para evitar futuras divergencias entre el catálogo oficial y el reglamento de circulación, los Ministerios del Interior y de Transportes y Movilidad Sostenible podrán añadir o eliminar señales mediante una orden ministerial conjunta que permita “una adaptación más ágil y eficaz del sistema de señalización a futuras necesidades”.
Implantación progresiva
El real decreto de reforma entrará en vigor el 1 de julio de 2025, pero el cambio físico de las señales se realizará de forma progresiva y coordinada con los ciclos de renovación habituales para reducir las cargas administrativas y evitar gastos superfluos. En cambio, las señales suprimidas deberán desaparecer de calles y carreteras en un plazo de un año desde la entrada en vigor de la norma.
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