DS3 Crossback, un SUV que rinde culto al diseño

El nuevo modelo de DS suma calidad, tecnología y un punto sofisticado para competir con los modelos de prestigio. Se puede personalizar a medida y tiene además una versión eléctrica.

DS3 Crossback
DS3 Crossback: elegancia en movimiento. | DS

Su diseño entra por los ojos; el interior está a la altura y la conducción presenta también un tacto cuidado y un buen comportamiento. El nuevo DS3 Crossback es un SUV de tamaño compacto que sobresale por su originalidad y, apoyándose en los tres aspectos citados, y sumando además una buena calidad de conjunto, se postula como una alternativa a los modelos más refinados de su tamaño, como los Audi Q2 y Mini Countryman.

El inconveniente es que los precios son elevados, aunque se relacionan con una presentación de corte exclusivo, buena dotación de equipamiento (varias versiones, por ejemplo, incluyen de serie cambio automático de ocho marchas) y amplias posibilidades de personalización. El más accesible (gasolina manual de 100 CV) sale por 24.700 euros. Y para disponer de volante de cuero, climatizador y llantas de aleación, entre otras cosas, hay que pagar un mínimo de 1.700 euros adicionales.

El Q2 de acceso cuesta en España 25.940 euros y el Countryman, 26.800. Pero ambos rivales son algo más grandes por fuera (4,19 y 4,29 metros, respectivamente, por 4,11 del DS), amplios por dentro y en el maletero, y pueden llevar motores más potentes, aparte de ofrecer versiones con tracción 4×4 de las que carece el nuevo DS3 Crossback. A cambio, el contendiente que propone DS se desmarca con una opción 100% eléctrica que no tienen aún sus competidores. Se denomina E-Tense, rinde 136 CV y anuncia un radio de acción de hasta 320 kilómetros por carga (WLTP).

El diseño es el primer punto fuerte del DS3 Crossback. Lo llamativo del frontal, las formas atléticas de la carrocería y los detalles de estilo que decoran el conjunto (malla entramada de la parrilla, pilar con forma de aleta de tiburón, tiradores de las puertas emergentes…) confieren al DS3 Crossback un aspecto especial. Puede gustar o no, pero no es un SUV más.

Por dentro se mantiene la apuesta por el estilo propio y recoge un patrón de diseño que la marca denomina como “de diamante” que se caracteriza por sus formas romboidales y se aplica para dibujar la consola central, los pespuntes de las tapicerías y los mandos que rodean al cambio. Y los acabados y materiales también destacan, porque puede integrar Alcantara, cueros de varias calidades, aluminio pulido…. creando una atmósfera selecta y, como en el exterior, con gran personalidad.

La parte baja de los paneles de las puertas, por el contrario, no está tan cuidada (como sucede en sus rivales), porque son plásticos poco disimulados; la guantera es la misma del utilitario DS3 y tampoco convencen otras soluciones como los gráficos de la pantalla central (menús, navegador…) que parecen anticuados frente a los de la competencia. Pero, en general, la impresión es de calidad e incluso de cierta artesanía.

DS3 Crossback

Interior del DS3 Crossback. / DS

La habitabilidad, como sucede también en los Q2 y Countryman, resulta adecuada para cuatro personas, y tanto delante como detrás hay espacio suficiente para los altos, aunque tampoco sobra y lo ocupantes delanteros han de colaborar y adelantar un poco sus butacas para que cuatro ocupantes de 1,80 metros de estatura viajen con confort. El maletero, por su parte, ofrece 350 litros y se amplía abatiendo los respaldos (405 en el Audi y 450 en el Mini). Así, el DS3 Crossback puede cumplir como coche único para solteros y parejas sin hijos, pero puede quedarse también pequeño si se pretende que dé servicio como familiar.

La paleta de motores disponible contempla variantes de gasolina, diésel y hasta eléctrica. Las primeras se articulan en torno al mismo motor 1.2 THP turbo de tres cilindros, con 100, 130 y 155 CV. El primer nivel se asocia a un cambio manual de seis marchas, mientras que los otros dos llevan ya de serie una caja automática de ocho relaciones. El diésel es un 1.5 BlueHDi de 100 CV equipado con el cambio manual.

Se han podido conducir las variantes de gasolina de 130 y 155 CV del DS3 Crossback, y ambas presentan un funcionamiento refinado. Las típicas vibraciones de los motores de tres cilindros no se aprecian, y el sonido tampoco es el habitual, sino más bonito. La potencia mueve el peso con soltura, aunque a ambos motores les falta un poco de respuesta a bajas revoluciones, porque hasta superar las 2.200 vueltas no ofrecen el empuje que se espera de una mecánica turbo. Y el cambio de ocho marchas trabaja bien, aunque en modo automático es un poco lento, mientras que en el programa manual opera con solvencia y atiende sin demora las demandas del conductor, reduciendo por ejemplo cuando se le pide. El consumo medio oficial asciende a 4,9 y 5,4 litros, respectivamente. El de 100 CV homologa 4,7 litros cada 100 kilómetros y el diésel baja a 3,7.

El tacto al volante resulta estable y consistente, con una dirección más firme que liviana, y precisa, y suspensiones más sólidas que suaves. Ofrece buen confort de marcha, aunque siempre con ese punto sólido, de buen ensamblaje, que suele distinguir a los modelos exclusivos de los populares. La insonorización está también cuidada y contribuye a que la conducción del DS3 Crossback sea agradable. Y va bien por todas partes, desde la autopista hasta la ciudad y los tramos virados, donde presenta una manejabilidad conseguida y un comportamiento eficaz. Se acerca más a maneras dinámicas que a confortables. El Q2, en líneas generales, suma un punto de suavidad mecánica adicional frente al DS3 Crossback, mientras que el Mini añade otro de solidez en los mandos y de agilidad.

Casi toda la gama puede incluir las últimas soluciones en ayudas a la conducción (frenada automática de emergencia, alarma de salida del carril con corrección activa de dirección, llamada e-call…) y también avances digitales como el sistema HUD o de proyección de datos (en una lámina, no en el cristal) y la posibilidad de almacenar en el móvil una llave digital del coche y enviársela como si fuera un mensaje a la persona a la que se quiera dejar el vehículo.

Versión eléctrica

Otro de los aspectos diferenciadores del nuevo DS3 Crossback es la versión eléctrica E-Tense, que también se ha podido conducir. Por el momento no tiene precio, pero llegará a España hacia otoño de este año. El módulo de baterías de 50 kWh pesa 350 kilos, pero el aumento de peso frente a las versiones térmicas es de 300, porque el motor eléctrico es más ligero y se puede prescindir también de la caja de cambios y de la línea de escape. Y como los kilos están mejor repartidos (no se concentran tanto en el frontal) entra con mayor agilidad en las curvas. Al igual que todos los coches a pilas, presenta un manejo muy suave, silencioso y especialmente confortable.

DS3 Crossback

DS3 Crossback E-Tense. / DS

Según el modo de conducción seleccionado, se dispone de mayor o menor potencia. En el programa Eco rinde 81 CV, en el normal sube a 108 y en el Sport se alcanza el máximo de 136 CV, y acelera de 0 a 100 km/h en 8,7 segundos. La autonomía llega a 320 kilómetros por carga. El proceso de recarga en casa con un Wallbox de 11 kW tarda unas cinco horas, y en postes rápidos digiere potencias de entrada de hasta 100 kW y puede recuperar el 80% de capacidad en 30 minutos.

La habitabilidad es igual que en las demás versiones, y el E-Tense no pierde espacio interior ni tampoco capacidad de maletero. Esta misma mecánica se aplicará también en la variante de baterías del nuevo Peugeot 208, que se llamará e-208.

Seis DS en total

Arnaud Ribault, director mundial de marketing de DS, confirmó a EL MOTOR en la presentación del modelo que la marca va a disponer de seis modelos en total, contando los DS3 y DS7 Crossback ya conocidos. Los otros cuatro irán saliendo uno por año, de 2020 a 2023.

Ribault se prestó a un juego de adivinación y dio una clave importante: “Uno de los aspectos a tener en cuenta es que DS es una marca global, presente en todo el mundo [salvo en Australia y Norteamérica]”. Y de su comentario se puede deducir que uno de los próximos cuatro modelos será una carrocería sedán o de tres volúmenes, muy demandada todavía en mercados gigantes como China y Rusia.

Un tercer SUV sería otra propuesta lógica para cubrir la mayor parte del mercado global, y también un compacto de cinco puertas, que siguen alcanzando volúmenes comerciales de peso en Europa.

Del sexto modelo, Arnaud aseguró que está todavía por decidir. Los cupés, descapotables y deportivos quedan descartados por sus bajos ratios de ventas, y ante la pregunta de un compañero acerca de las rancheras de estilo Shooting Brake, reconoció que es un formato atractivo. El tiempo dirá.

Ribault ofreció también otro apunte interesante. “El mercado popular ofrece un nivel de rentabilidad media del 11%; el mercado exclusivo, por su parte, llega al 34%”.

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