Un video que se ha viralizado en redes sociales ha dejado perplejos a muchos usuarios. En las imágenes se observa un llamativo escenario: un coche eléctrico estacionado en la vía pública, al que parece suministrarle energía un cable que desciende desde una ventana del segundo piso de un edificio cercano. El ciudadano que graba la escena, con una mezcla de asombro y escepticismo, pregunta a sus seguidores si es así como va a ser el futuro de la automoción, y si es normal que para cargar un coche eléctrico haya que tirar un cable desde una casa hasta la calle.
La improvisada solución para recargar el vehículo ha generado un intenso debate en las redes sociales. Mientras algunos usuarios encuentran la escena cómica, otros expresan su preocupación por la seguridad y la legalidad de esta práctica.
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¿Multa por cargar así un eléctrico?
La respuesta a esta pregunta tiene sus aristas y depende en gran medida de las ordenanzas municipales de cada localidad. No obstante, es evidente que la acción captada en el video infringe varias normas básicas de convivencia. Al ocupar la vía pública con un cable particular, se está obstaculizando el paso de los peatones y vehículos. Además, el cable suelto representa un peligro potencial, ya que puede causar caídas o, en el peor de los casos, una electrocución.
En el caso de que las ordenanzas municipales prohíban esta práctica, las autoridades competentes pueden imponer multas considerables a quienes sean sorprendidos realizando esta acción, por el hecho de que pone en peligro tanto a la persona que realiza la carga, al no contar con los estándares de seguridad de un punto de carga oficial, como a terceros.
Recargar con una regleta
Más allá de las implicaciones legales, la práctica de conectar un cable de carga de un vehículo eléctrico a una regleta doméstica encierra riesgos significativos para la seguridad. Los cables de carga de los vehículos eléctricos están diseñados para soportar altas corrientes eléctricas y, por lo tanto, tienen un grosor y una capacidad mucho mayores que los cables de una regleta convencional.
Al conectar un cable de carga a una regleta, se sobrecarga el circuito y se aumenta el riesgo de sobrecalentamiento, cortocircuitos e incluso incendios. Las regletas no están diseñadas para soportar la demanda energética de un vehículo eléctrico y su uso en este tipo de aplicaciones puede resultar catastrófico. En conclusión, el video viralizado pone de manifiesto la importancia de contar con infraestructuras de carga adecuadas para los vehículos eléctricos.

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