Siempre se puede ir un paso más allá. Un coche puede ser más ligero, más potente, más rápido… o más lujoso. Quien creyera que el Mercedes Clase S Cabrio era el epítome del lujo con el sol como techo, deberá reconocer su error: el Mercedes Maybach S650 Cabrio ha llegado para reclamar el título.
Y eso a pesar de que no introduce cambios radicales respecto al modelo base (por llamarlo de alguna manera): Mercedes está seguro de la calidad de su producto y se limita a incorporarle todos los extras posibles para llevarlo a otro nivel.
De ahí que su estética resulte familiar, con los añadidos que suponen los logos de Maybach en los pasos de rueda delanteros y la zaga, la gran cantidad de cromados, las peculiares llantas de 20 pulgadas, las dos salidas de escape dobles y los faros con cristales Swarovski.
El ambiente premium continúa en el interior, al que se accede a través de unas puertas que proyectan el logo de Maybach y lucen su nombre en los umbrales. El salpicadero presenta la conocida configuración con dos pantallas (una para la instrumentación y otra para la consola central), la tapicería es de piel y cuenta hasta con un juego de maletas en el color elegido.
De moverlo se encarga un motor 6.0 V12 biturbo de 630 CV y 1.000 Nm de par máximo, asociado a una caja de cambios automática 7G-Tronic y a un sistema de propulsión trasera.
Solo se fabricarán 300 Mercedes Maybach S650 Cabrio y cada uno de ellos tendrá un precio de partida de 300.000 euros.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.