Garage Italia sigue con su particular tributo a Star Wars en general y a su séptima entrega, El Despertar de la Fuerza, en particular. No contento con su Fiat 500 convertido en soldado de la Primera Orden, el preparador ha cogido otro par de unidades del compacto italiano y los ha transformado en unos peculiares R2-D2 y BB-8.
El primero es un veterano que ha estado en todas las películas de la saga, mientras que el segundo se estrena (con bastante buen pie, según nuestro criterio) en el séptimo capítulo que vio la luz la semana pasada.
El proceso y los recursos utilizados en ambos casos son idénticos a los empleados en el 500 Stormtrooper: vinilado exterior completo (incluyendo los cristales) y combinación cromática interior adaptada a cada uno de los droides.
Así, el de R2-D2 tiene como colores primarios el blanco y el azul, siempre con el patrón reconocible visto en las películas. A estos se suma el negro presente en las llantas, en cuyo centro se aprecia el logo de la silueta del droide, también presente en el volante. En el habitáculo se repiten los tonos, dejando el blanco para la tapicería de cuero y el azul para las zonas rematadas en ante.
El novato BB-8 emplea tres colores: naranja, blanco y gris, que además ocupan todo el parabrisas (por lo que debería ser ligeramente complicado ver a través de él). El diseño de las llantas se repite, igual que la configuración del interior.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.