Motos eléctricas cada vez hay más, pero pocas pueden presumir de haber nacido de la imaginación de los más pequeños. Larissa Tan, consejero delegado de Vanda Electrics, reconoce que, en su caso, fue así: “Al diseñar la Motochimp nos inspiramos originalmente en el boceto dibujado por una niña de 10 años”.
Que eso sea bueno o malo depende de quién opine, pero lo que está claro es que la niña creó la base de una de las motos eléctricas más pequeñas del mercado: de rueda a rueda solo tiene una distancia de 750 mm. Con ese tamaño, está pensada obviamente para trayectos urbanos cortos.
A pesar de sus reducidas dimensiones, es capaz de albergar una batería de ión-litio que alimenta al motor eléctrico de 48V 350W situado en la rueda trasera. El combo consigue que la Motochimp alcance una velocidad máxima de 30 km/h y que pueda recorrer hasta 60 kilómetros por carga.
El enchufe se sitúa bajo el asiento y se puede cargar al completo en 60 minutos utilizando una toma de corriente normal. Además, tiene un sistema de arranque sin llave.
Cuesta unos 1.800 euros, se pondrá a la venta primero en Japón (donde son muy amantes de este tipo de propuestas más o menos extravagantes) y más tarde llegará a Asia y Europa.
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