He tenido la oportunidad de visitar Suiza en no demasiadas ocasiones, quizá media docena, aunque han sido suficientes para descubrir que se trata de un auténtico paraíso natural (lo de fiscal lo dejamos para otras economías y morales). Un país extraordinario y que en los meses meteorológicamente más benignos del año se convierte en un escenario único para disfrutar del llamado turismo de itinerancia, ése que huye de establecerse en un único lugar y apuesta por la movilidad como el método ideal para acceder a cuanto nos ofrece el lugar.
Conscientes, claro está, de tales privilegios desde Suiza Turismo han lanzado una propuesta que me parece muy tentadora para cualquier amante de los viajes por carretera. Con la colaboración de todos los cantones del país nace La Gran Ruta de Suiza, un recorrido de 1.600 kilómetros que muy pronto estarán señalizados específicamente y que permitirá conocer como nunca antes había sido posible sus regiones más espectaculares. El trayecto nos acerca lo que siempre ha estado ahí, pero ahora de una forma más fácil, cómoda y organizada. Los promotores de la idea hablan de una filosofía similar, aunque con diferencias evidentes por supuesto, a la que define a la legendaria Ruta 66 en Estados Unidos, es decir, un periplo por todo el país que ofrezca una visión de conjunto del mismo inigualable.
Es así como en esos 1.600 kilómetros encontramos cinco puertos alpinos, once lugares Patrimonio Mundial de la UNESCO, nada menos que 44 atractivos turísticos, 22 lagos y cuatro zonas lingüísticas. El acceso por carretera a La Gran Ruta de Suiza se realiza a través de Ginebra, Basilea o Chiasso, aunque también se puede enlazar con ella desde la mayoría de las grandes ciudades a las que llegar por sus aeropuertos internacionales (la oferta de vuelos de Swiss es cada día más completa, incluyendo desde España), alquilando una vez allí un coche o una moto para pasar unos días de ensueño en este recorrido tan estudiado para que nadie se pueda sentir defraudado. Ni que decir tiene que la ruta se puede realizar parcialmente por aquellos tramos que prefiera el viajero o mejor se adapten a sus circunstancias personales, mientras que el periplo completo exige un tiempo estimado (aunque esto es siempre algo muy flexible) de unos diez o doce días.
La época del año ideal para disfrutar de La Gran Ruta de Suiza va de abril a octubre y la oficina de Turismo del país ha realizado también una selección de los mejores establecimientos hoteleros disponibles a lo largo del recorrido, aunque recomiendan realizar las oportunas reservas para los meses de verano debido a la gran afluencia de visitantes. La calidad es el denominador común en todos los servicios que se recomiendan, de manera que el cliente se sienta satisfecho en un país que, todo hay que decirlo, no es precisamente barato para ciertas economías del resto de Europa, incluyendo la española.
Dentro de un ambicioso programa de promoción de este proyecto, Suiza Turismo ha elegido a Harley-Davidson como uno de sus socios estratégicos. Las motos de la marca estadounidense se antojan ideales para vivir la experiencia de esta gran ruta al ritmo apropiado y desde Harley también organizarán viajes específicos y facilitará el alquiler de sus motos para aquéllos que prefieran rodar a su aire sin los condicionantes de un grupo. Y es que son muchos los alicientes, encantos y posibilidades que ofrece este recorrido excepcional y del que se pueden conocer con todo detalle tanto a través de una completísima web puesta en marcha exclusivamente para La Gran Ruta de Suiza como en aplicaciones para dispositivos móviles que nos ayudarán durante el viaje. ¿Tienes ya plan para tus próximas vacaciones?
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