Me temo que todos pensamos que conducimos muy bien. Por lo general, mejor de lo que en realidad lo hacemos… Sólo hace falta sentarse a la derecha de alguien que de verdad maneje para darse cuenta de las enormes lagunas que sufrimos al volante (o al manillar en el caso de los motoristas). La ignorancia es muy atrevida y por eso la formación es el mejor remedio para desterrar una actitud que sólo nos puede crear problemas y traer disgustos. Pensar que ya se sabe todo como conductor es un error de dimensiones faraónicas que en raras ocasiones estamos dispuestos a solventar. Con lo fácil que es…
Para salir de la penumbra del desconocimiento tan sólo hay que asumir que es necesario hacerlo y ponernos manos a la obra con ello. Todos sabemos que en las autoescuelas (por lo general y salvo honrosas excepciones) nos enseñan a circular y a superar un examen, que poco tiene que ver con lo que es conducir. Y no se trata ésta de una crítica hacia los profesionales del sector, simplemente hacen lo que pueden en el tiempo del que disponen. Si ya hace falta pedir un crédito para sacarse el carné, no quiero ni imaginar lo que costaría la formación si fuera tan completa como debiera. Por fortuna, ése no es un camino sin retorno. Tiremos de topicazo para recordar que nunca es tarde para aprender y en estos momentos son tantas las opciones de las que disfrutamos que no aprovecharlas es simplemente una cuestión de actitud, de superar el pasotismo ante nuestras lagunas.
Hay que dejar atrás prejuicios y prepotencias, tener ganas de aprender y mejorar, disponer de algo de dinero (casi siempre menos de lo que podríamos pensar) y elegir la formación que mejor se adapte a nuestras necesidades. Hay cursos de conducción impartidos por las marcas, otros específicos para condiciones especiales como la nieve o el fuera de carretera, de carácter deportivo, incluso algunos para ser más eficientes y ahorrar combustible al mismo tiempo que contaminamos menos… En fin, una amplísima oferta gestionada por cualificados profesionales que nos ayudarán a dar un salto cualitativo tan significativo que apenas podremos creerlo una vez completado el cursillo en cuestión.
He pensado en todo esto porque he estado a punto de caer en la misma trampa que lo hace mayoría. Me explico. Alicia Sornosa, nuestra viajera que se ha convertido en la primera española capaz de dar la vuelta al mundo en moto y en solitario, ha decidido poner su experiencia acumulada en esos meses de periplo por todo el planeta al servicio de aquellos motoristas deseosos por mejorar el manejo de una moto trail, con todos los condicionantes que ello supone. Y, claro, al conocer su iniciativa mi primera reacción fue pensar que aquello no era para mí… ¿Qué iba a aprender después de más de treinta años subido en motos de todo tipo? Error, desde luego. Claro que tengo que aprende… y mucho. He podido participar, por motivos laborales, en más de una treintena de actividades de estas características, de coches y de motos, y después de cada una de ellas me queda la sensación de que algo (o mucho) hago mejor que antes.
Lo que Alicia nos propone, en unas instalaciones especialmente adaptadas para esta formación y muy cerquita de Madrid, es intentar controlar con más soltura una moto alta y pesada en las más variadas circunstancias, dentro y fuera de la carretera, sobre arena o barro, bajando o subiendo, en marcha o en parado… Es decir, todo lo que podremos necesitar en el uso real del vehículo pero siempre bajo el control y la supervisión de especialistas en la materia. Así que pensando en todo esto he decidido que me apetecía compartir con vosotros la propuesta… además de apuntarme al primer curso que pueda. Ya os contaré cómo me va pero os hago un avance: seguro que bien. Tengo tantas ganas de seguir aprendiendo…
Por cierto, casi se me olvida, si os interesa recibir más información sobre el ‘Curso Trail para Viajeros’ de Alicia Sornosa, podéis hacerlo a través del mail vueltalmundo.alicia@gmail.com.
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