La afición de Keanu Reeves por las motocicletas va un paso más allá para alcanzar la categoría de pasión. Seguidor incondicional del mundo de la competición (es habitual en los grandes premios de MotoGP), también disfruta del pilotaje e incluso es copropietario de la marca de máquinas muy exclusivas, Arch Motorcycle.
Su interés por las preparaciones mecánicas le llevó a contactar con el especialista Gard Hollinger. De su relación surgió en 2014 la puesta en marcha de un proyecto industrial para la fabricación de motos realmente únicas, de producción muy limitada y con precios que pueden alcanzar los 100.000 euros. Las creaciones de Arch se han convertido en objeto de culto para los clientes más selectos y también para los seguidores del actor canadiense (aunque nacido en Líbano) de 53 años, en una gama de tres modelos que tienen previsto comercializar de forma inmediata en los mercados europeos, asociándose para ello con la empresa suiza Suter.
Su proyecto empresarial es un argumento más para que Reeves pueda dar rienda suelta a su interés por el pilotaje y además con sus propias motos. Es lo que, precisamente, está haciendo ahora en el circuito Ricardo Tormo de Cheste. Aprovechando la bonanza climatológica del Levante español, el protagonista de la saga ‘Matrix’ comparte pista junto a otros aficionados al motociclismo para rodar en la pista valenciana, poniéndose al manillar de varias de las monturas que su marca diseña y produce.
Reeves asistió al GP de Valencia MotoGP el pasado mes de noviembre y fue entonces cuando se interesó por el circuito y la posibilidad de conocerlo con sus motos. Impresionado con las exigencias del trazado, reservó directamente el alquiler de las instalaciones para estas fechas, en las que está pudiendo disfrutar de los consejos de Nico Terol, el piloto campeón del mundo de 125cc en 2011, quien le está descubriendo todos los secretos del circuito Ricardo Tormo.
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