Hennessey es un fabricante/preparador estadounidense que a lo largo de su historia ha trabajado con un único propósito: ser el mejor. Concretamente, su objetivo siempre ha sido construir los coches más rápidos del mundo, algo que ha conseguido en dos ocasiones (para el cupé y el roadster más veloces de la tierra), aunque por motivos de homologación con el libro Guinness no ostenta los récords como tal. Y hace meses adelantó que su siguiente obra rompería con todo lo establecido, y ya lo ha presentado: este es el Hennessey Venom F5, el coche más rápido del mundo.
La firma se puso como objetivo que alcanzase la redonda cifra de 300 millas por hora (equivalente a 482 km/h), pero parece que incluso la superará, como apunta John Hennessey, consejero delegado y fundador de la marca: “Esperamos que el Venom F5, nombrado así por ser el viento de tornado más poderoso en la escala Fujita, sea el primer coche de calle capaz de alcanzar más de 300 mph, y hemos trabajado con Pennzoil para conseguirlo”.
Ahora bien: ¿cómo es posible que llegue a este nivel, tan alto que hace que el archiconocido Bugatti Chiron parezca lento? En esta ocasión el fabricante ha empezado de cero (otras veces ha trabajado sobre un modelo existente) y ha creado un nuevo chasis y una carrocería de fibra de carbono, diseñados para conseguir la mejor aerodinámica y el peso más bajo posible. De lo primero da buena cuenta su silueta, lo segundo queda demostrado al colocarlo sobre la báscula: solo 1.338 kilos, es decir, más de media tonelada más ligero que el Chiron.
Además de su bajo peso, una importancia capital la tiene la mecánica elegida, un contundente motor V8 biturbo de 7,4 litros que desarrolla 1.622 CV de potencia. La cifra es impactante por sí sola, pero lo es todavía más al ponerla en relación al peso: su relación CV/kg es mejor que 1:1. El bloque se asocia a una caja de cambios manual robotizada de siete relaciones para conseguir unas prestaciones simplemente espectaculares: acelera de 0 a 100 km/h en 2,0 segundos, a 300 km/h en 10 segundos (lo que hace que sea más rápido que un fórmula 1) y a 400 km/h en apenas 40 segundos. Con dichos datos, las expectativas por ver lo que tarda en hacer el 0-400-0, batalla en la que Koenigsegg ha ganado a Bugatti, son realmente altas.
Habrá que esperar hasta 2018 para que comience la producción de las 24 unidades que se fabricarán, con un precio de 1,6 millones de dólares (casi 1,4 millones de euros). La marca no lo ha anunciado, pero probablemente ya estén todas vendidas.
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