El nuevo Audi A8 es el mascarón de proa del fabricante alemán, un compendio de todo lo que puede dar de sí la marca de los cuatro aros: lujo, confort, tecnología… Quizá lo único que le faltaba, aunque no es una característica que se busque en un modelo así, era una pizca de deportividad. Y llegará, en grandes dosis, cuando haga acto de aparición el Audi S8, pero hasta ese momento la marca ha querido ofrecer una alternativa.
La solución es un nuevo paquete estético que incluye nuevos asientos deportivos y detalles exteriores que potencian el dinamismo. Se añade un nuevo elemento bajo la parrilla delantera, a modo de labio cromado, las entradas de aire tienen unos marcos más definidos y refuerzan su estructura interna con diseño de panal de abeja y los faldones laterales se ensanchan en los puntos más cercanos a los pasos de rueda. En la zaga también se incorpora un difusor específico.
En el habitáculo, los nuevos asientos cuentan con reposacabezas con regulación eléctrica en altura, así como con un ajuste neumático para la banqueta y los laterales del respaldo, que además tiene un contorno 15 milímetros más pronunciado. Pueden ir tapizados en cuero Valcona o Unicum, lucen un patrón de rombos y tienen un grabado con el logotipo de la ‘S’ en los reposacabezas.
Audi ha anunciado que el paquete exterior estará disponible en enero (a la vez que llega a la gama el color gris Daytona para la carrocería) por un precio de 2.382 euros para el A8 50 TDI, pero varía la cuantía en función de la versión. El pack con los asientos cuesta 3.310 euros.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.