BMW se reinventa en un monovolumen

El nuevo modelo choca con la tradición deportiva del fabricante, pero logra combinar con acierto espacio y dinamismo

BMW se reinventa en un monovolumen

Espacio o dinamismo. Es el dilema al que se enfrentan los fabricantes cada vez que diseñan un monovolumen. La altura es una de las claves, porque cuanto más elevado es un modelo, su centro de gravedad está en una posición superior, lo que aumenta los balanceos en curva, resta agilidad y acaba cargándose la calidad de conducción y el disfrute al volante. Para BMW, que inventó el eslogan ¿Te gusta conducir?, ese precio era inasumible. Superar el reto ha exigido sacrificar principios hasta ahora intocables en la marca, como la propulsión trasera. El Serie 2 Active Tourer saldrá en septiembre desde 28.500 euros (218i de 136 CV), y su comportamiento demuestra que la revolución ha merecido la pena.







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Estilo BMW y más huecos para objetos.




El primer monovolumen en la historia de la marca bávara trae cambios históricos. El primero ha sido hacer un coche de este tipo, algo incompatible hasta ahora con la deportividad de BMW. Otro consiste en renunciar a la propulsión en favor de la tracción delantera, otra traición tan impensable como inevitable para poder aprovechar a fondo el espacio. Pero, al margen de estos detalles, anecdóticos para la mayoría de sus clientes, lo más destacable es que aporta la capacidad interior de los familiares de arquitectura elevada y añade el dinamismo de la casa. Y esto supone dar un toque más sabroso a la receta insípida que ofrecen muchos monovolúmenes.

Mide 4,34 metros de largo, como un Renault Scénic, aunque en realidad es la alternativa al Clase B (4,36) y al Golf Sportsvan (4,35), los monovolúmenes compactos de Mercedes y VW. Por fuera adopta ya la estética deportiva de la casa, aunque lo que de verdad le distingue es que tiene una altura reducida de 1,56 metros, ocho centímetros menos que el Renault, dos frente al Sportsvan y lo mismo que el Clase B. Y así logra una aerodinámica récord (Cx: 0,26) que también ayuda.







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Plazas traseras flexibles.




El Active Tourer ofrece las ventajas prácticas de los monovolúmenes y tiene dos buenas plazas delante y tres más elevadas de banqueta corrida atrás para ver mejor, aunque suponen el aspecto más mejorable. Sorprenden por la altura y el espacio disponible para las piernas, pero tienen una banqueta corta y un respaldo estrecho que limitan el confort y en la práctica solo sirven para dos adultos. En cambio, se puede plegar el respaldo en tres partes (40/20/40) y deslizar el asiento para ampliar el espacio de los pasajeros o el maletero según se elija. Como opción, el respaldo del copiloto se abate y permite llevar bultos de hasta 2,54 metros. El maletero tiene 468 litros y llega a 1.510 con dos plazas y cargando hasta el techo.

El último BMW llegará con tres nuevos motores más eficientes que mueven bien el peso y afianzan esa conducción divertida que marca la diferencia. Se maneja con dos dedos y sorprende por su suavidad y calidad de rodadura. La versión básica 218i lleva un 1.5 turbo de tres cilindros y 136 CV (28.500 euros, 4,9 litros de gasto medio y 200 km/h). Y la superior, 225i automática de ocho marchas, un 2.0 turbo de cuatro cilindros y 231 CV (38.600, seis y 235). Además, hay un 218d, con un 1.5 turbodiésel de 150 CV (30.300, 4,1 litros y 205 km/h).

BMW ofrecerá por primera vez tres acabados: Advantage, Sport y Luxury. En otoño saldrán los 220i, 216d y 220d y, a fin de año, los 220d y 225i xDrive (4×4).

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