Una despedida siempre duele, pero hay que admitir que hay maneras y maneras de marcharse. La actual generación del eterno Mercedes Clase G dice adiós, pero el todoterreno de Mercedes lo hace por la puerta grande: la Final Edition, además de costar más de 300.000 euros (en Alemania tiene un precio de 310.233 euros), destapa su cara más colosal.
Y es que está basada en el todopoderoso G65 AMG. ¿Qué significa eso? Para empezar, que bajo el capó esconde un monstruoso motor 6.0 V12 biturbo que entrega 630 CV y nada menos que 1.000 Nm de par. El bloque se asocia a una caja de cambios automática AMG SpeedShift Plus 7G‑Tronic y a una tracción integral, permitiéndole acelerar de 0 a 100 km/h en 5,3 segundos a pesar de superar las dos toneladas de peso. Su velocidad máxima está limitada electrónicamente, pero, en lugar de a los 250 km/h habituales, solo a 230 km/h.
Pero eso es algo con lo que el G65 AMG normal (por llamarlo de alguna manera) ya contaba. Esta Final Edition añade unos toques diferenciadores a nivel estético. El protagonista es el bronce, que está presente en múltiples detalles: marco de la parrilla, paragolpes delantero, carcasas de los retrovisores, protector de la rueda de repuesto y en las llantas de 21 pulgadas.
También se han añadido vinilos decorativos en los laterales, escapes en negro mate, pinzas de freno acabadas en plateado y, en el interior, costuras de contraste de color bronce presentes en asientos, salpicadero y alfombrillas.
Mercedes ya ha confirmado que solo se fabricarán 65 unidades para todo el mundo.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram