Os dejamos un momento para que volváis a mirarlo, porque hay que digerirlo. La estética peculiar la tiene, el aire de superdeportivo también y que se trata de un diseño realmente agresivo, nadie lo puede dudar. Pero aun así (o quizá por ello) dividirá al público.
Y no es que lo digamos nosotros, son los propios diseñadores del Inferno Exotic Car, los que afirman que “lo amas o lo detestas”. Y esto son palabras mayores teniendo en cuenta que al frente del equipo se encuentra Antonio Ferrarioli, quien ha estado involucrado en proyectos varios de Lamborghini, Asterion, Veneno, Aventador SV, Gallardo Super Trofeo y Reventon Roadster entre ellos.
Os dejamos a vosotros decidir si os gusta o no su imagen de Hot-Wheel hipervitaminado, pero esa carrocería esconde algo más importante que la estética: está realizada con una aleación de plata, aluminio y cinc, que tiene una resistencia similar a la de un vehículo armado, pero pesa menos y además cuenta con una gran capacidad de absorción de impactos.
Otros detalles llamativos de su exterior son las llantas ADV.1 de cinco radios, o la presencia de cinco salidas de escape en la zaga.
Lo que importa, no obstante, es su motor y lo que puede hacer con él. El propulsor elegido para darle vida es un motor V8 biturbo de cilindrada desconocida, que desarrolla una potencia de 1.400 CV y un par máximo de 908 Nm. Tampoco se ha revelado su caja de cambios, pero apostamos por una automática.
El hecho es que combinándose consiguen una aceleración de cero a 100 en menos de tres segundos y una velocidad máxima de 395 km/h.
Dado que el fabricante mejicano espera empezar su producción el próximo año, deberían llegar nuevos datos dentro de no mucho.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.