Resulta curioso ver cómo las marcas adoptan un perfil u otro en función del mercado en el que se encuentren. El caso de Kia es bastante peculiar, puesto que siendo una firma generalista en la mayoría de los países, también ofrece modelos de lujo en Corea del Sur y Estados Unidos, y el Kia K900 es el tope de gama de la compañía.
La berlina con tintes de limusina ha mostrado sus primeras imágenes y detalles antes de su debut oficial en el Salón de Nueva York 2018. Adapta el lenguaje de diseño de la marca a un carácter más sobrio, algo que queda patente en la conocida parrilla tiger-nose, con un marco más redondeado y una trama de 176 joyas.
En líneas generales muestra aplomo y gusto por las líneas horizontales, pero tampoco deja de lado la deportividad (algo que se aprecia en sus dos salidas de escape) y tiene detalles realmente llamativos como los faros, tanto delanteros como traseros, con una forma lumínica que los hace parecer dobles.
Aunque el fabricante no ha desvelado las medidas de la nueva generación, sí ha facilitado el dato de su batalla (distancia entre ejes), que ha crecido 60 milímetros hasta los 3.105 mm, lo que deja más que clara la importancia que se le da a la comodidad de los pasajeros, maximizando la habitabilidad.
Echando un vistazo al habitáculo, encontramos una cabina que la marca define como “minimalista y de clase alta”, algo que se refleja en el empleo de tapicería de cuero, molduras de madera y aluminio, una enorme pantalla táctil de 12,3 pulgadas en la consola central y detalles premium como el reloj analógico en el salpicadero y el sistema de iluminación ambiental LED, que permite elegir entre 64 colores.
En la cita estadounidense se revelarán más datos, como las mecánicas con las que estará disponible, pero casi con total seguridad no llegará a Europa.
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