El nuevo Clase A supuso una revolución dentro de Mercedes, un cambio de paradigma que buscaba rejuvenecer su público objetivo. Pronto le siguieron variantes para acercarse a otros nichos de mercado, un sedán en forma del CLA y una aproximación al tan de moda segmento SUV con el Mercedes GLA. El todocamino va a por su cuarto año en el mercado, momento perfecto para acometer una renovación que lo mantenga en liza hasta que llegue su segunda generación.
Cuesta encontrar los cambios de imagen porque son muy sutiles, pero los hay: nuevo color de carrocería Beige Canon, paragolpes modificados, nuevos diseños de llantas, grupos ópticos LED opcionales y pilotos tintados en la zaga. Por pequeños que sean, han servido para mejorar su coeficiente aerodinámico de 0,29 a 0,28 Cx.
En el habitáculo la novedad más llamativa es el formato de la consola central que, estando formada por una pantalla de ocho pulgadas, está situada sobre el salpicadero. El resto incluye nuevas combinaciones para la tapicería, materiales para las molduras y unos relojes ligeramente diferentes en el cuadro de instrumentos.
El Mercedes GLA mantiene su oferta mecánica y además suma una nueva versión, el GLA 220 4Matic, que entrega 184 CV y 300 Nm de par máximo. Las distintas versiones se pueden equipar con tres trenes de rodaje diferentes: el normal, uno rebajado exclusivo de los equipados con la línea AMG y el Offroad, que eleva la carrocería 30 milímetros.
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