Al pensar en una marca de coches que vaya unida a términos como urbano, estilo o diseño, por norma general una de las primeras que se viene a la cabeza es MINI. El fabricante lleva años cultivando ese halo de estar a la última, de sintonía con la moda y, si ya lo deja patente en sus coches, no deja pasar la oportunidad de dar el salto a otros ámbitos.
El último al que ha decidido incorporarse es el de las viviendas y ha presentado su propuesta en el Salón del Mueble 2016 de Milán en la forma de la instalación MINI LIVING.
Así explica esta iniciativa Esther Bahne, responsable de la Estrategia de Marca e Innovación del Negocio en la empresa automovilística: “MINI siempre ha sido la marca urbana por excelencia, una marca para las ciudades, donde muchos de nuestros clientes viven […] Por eso tenemos que pensar en soluciones que sean relevantes para las necesidades de la gente que vive allí”.
¿Y cuál es el principal problema de vivir en el centro de una ciudad? El precio. El metro cuadrado de suelo se paga a cantidades astronómicas, por lo que los pisos de MINI se configuran como microviviendas de 30 metros cuadrados.
En unas dimensiones tan reducidas lo importante es aprovechar bien el espacio, y en las MINI LIVING eso se consigue con la modularidad de las paredes, que están conformadas por una serie de estanterías plegables. Éstas al abrirse permiten acceder a las distintas funciones y servicios disponibles en cada parte de la instalación, como iluminación especial y música en la cocina o una mesa en el salón. Además, facilitan configurar el espacio reorganizándolo según requiera cada ocasión.
La marca afirma que cada casa no está pensada para existir aislada, sino que el objetivo sería que conformaran micro-barrios con viviendas de similares características. El proyecto se ha desarrollado bajo el concepto de ‘Do Disturb’ (‘molesta’), ya que busca que aumente la interacción entre las personas.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.