La celebración de la asamblea de la patronal de constructores de automoción, ACEA, el pasado verano en Madrid, esta trayendo más consecuencias de las que podrían deducirse entonces. Según algunos protagonistas de la misma, el recién aprobado Plan de Incentivos al Vehículo Eficiente, PIVE, tuvo allí su origen. Y se inició también en aquel momento la cuenta atrás del desplazamiento de unas marcas de la asociación de importadores y distribuidores, Aniacam, a la de fabricantes, Anfac. A partir del próximo uno de enero tanto Porsche como Toyota abandonan las filas de la primera, para incorporarse a la asociación de fabricantes, aunque no lo son ninguna de las dos en territorio español.
En el primer caso, hay algunas sinergias por su pertenencia al grupo Volkswagen, de cuya sede central podrían haber partido las instrucciones correspondientes. El grupo alemán sí mantiene fábricas en Navarra y en Martorell, de donde salen coches con las marcas Seat y Audi.
En el caso japonés, ni Toyota ni Lexus tienen plantas instaladas aquí, pero han sido muchos los años que se han pasado llamando a las puertas de la asociación de fabricantes europeos, ACEA, y una vez acogidos tratan de potenciar esa imagen de “made in Europe”, con todas sus fuerzas.
Aunque la normativa es generosa en ambas instituciones y no prohíben la pertenencia a la otra, han sido pocos los casos de ambivalencia en la historia reciente. Quizás el más sonado sea el de Ford que ha permanecido algunos años en ambas, aunque ha renunciado finalmente a su presencia en Aniacam.
El presidente de esta asociación, Germán López Madrid, respeta la decisión de las marcas salientes “aunque no la comparte”. Y está convencido de cualquier forma que no es el inicio de un camino que seguirán próximamente otras marcas. Ni Fiat, Volvo o BMV tienen intenciones de abandonar la asociación de importadores, incluso, según López Madrid, es probable que se recuperen algunos de los abandonos en cuanto comprueben “quién les soluciona de verdad sus problemas”. Como lo demuestra “el que más del 50% de las marcas de camiones estén en Aniacam.”
Es significativo que tanto en Alemania como en Francia, Italia o Reino Unido existan una “Anfac” y una “Aniacam” en amor y compañía. Pero, en el caso español, la tan cacareada vertebración del sector automovilístico no ha sido nunca un camino de rosas. Personalismos de todo tipo han dificultado una representación homogénea y han potenciado la defensa de intereses particulares en detrimento de los generales.
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