El fabricante de automóviles que vende en distintos mercados (todos básicamente) sabe que sus modelos tiene que adaptarse al estándar de seguridad imperante en cada zona o región. Esto había supuesto las quejas de algunos clientes coreanos de Hyundai, que afirmaban que los vehículos destinados al mercado nacional eran de peor calidad que los exportados.
Eso no puede sentar bien a ningún fabricante, pero la marca coreana tomo una decisión para dejar claro de la manera más vistosa posible que esas declaraciones eran del todo erróneas. ¿Cómo? Poniendo dos Sonata, uno coreano y otro extranjero frente a frente y lanzándolos a un choque frontal. Así, sin paños calientes. Y lo mejor de todo es que Hyundai ha dejada más que demostrada la realidad.
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