«Por fin he podido sentir lo que es conducir un coche. Ahora entiendo a la gente que le gusta ponerse al volante de un vehículo y a los que les apasiona la velocidad». Fátima Peinado, invidente, describe así sus primeras sensaciones de conducción, una experiencia única que ha vivido junto a otras 59 personas sin visión en el circuito del Jarama (Madrid). La iniciativa es parte de una acción conjunta del RACE, Seat y la ONCE, y se ha bautizado con el lema Conducir, una ilusión.
Según los organizadores, es la primera vez que un colectivo de personas con deficiencias visuales graves accede a un circuito para conducir un automóvil. Cada participante salía a la pista acompañado de un monitor, tras recibir unas explicaciones básicas y superar un entrenamiento en el que se acostumbraba al tacto de la dirección y los pedales de los Seat León que la marca había cedido para la experiencia. La actividad se desarrolló sin incidentes y a pesar de las evidentes limitaciones que impone la falta de visión, «han llegado a alcanzar velocidades superiores a los 100 km/h en la recta», indica el RACE.
El cambio automático de los León, más avances de seguridad como el asistente de guiado por el carril, han contribuido también a que los 60 participantes pudieran disfrutar la experiencia de conducción sin riesgos.
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