En 2014 vio la luz la presente generación del Toyota Aygo, una que llamó poderosamente la atención del público gracias a una estética más agresiva de lo habitual ilustrada a la perfección por la enorme ‘X’ que daba forma a su frontal. En el Salón de Ginebra 2018, Toyota presenta su puesta al día que, más que nunca, es un lavado de cara literal.
Su estética peculiar sigue presente, pero por una vía diferente. La forma de la ‘X’ se mantiene, pero de una manera mucho más sutil. Ya no está representada por una moldura en color de contraste, si no que son los propios elementos del morro los que la forman.
En la parte superior, los grupos ópticos, con luz diurna LED, adoptan una postura diagonal, prolongándose con un ornamento que los lleva hasta los retrovisores; y en la inferior la entrada de aire del paragolpes se abre con dos diagonales hasta prácticamente el comienzo de los pasos de rueda.
Además, la gama recibe los colores magenta y azul para la carrocería, llantas de aleación de 15 pulgadas exclusivas, embellecedores para las ruedas, nuevas tapicerías y una nueva iluminación y efecto tridimensional para el cuadro de mandos.
La gama de acabados se simplifica en cierta manera. El base es el x-play, que ya dispone de llantas de 15 pulgadas, aire acondicionado y pantalla táctil de 7 pulgadas. Por encima se encuentran las versiones x-me y x-cite, siendo esta el tope con la carrocería en magenta, tapicería específica con costuras de contraste en el mismo color y molduras tanto en ese tono como en negro piano.
En el apartado mecánico, el motor VVT-i DOHC de 998 cc entrega ahora 72 CV y 93 Nm de par, pasando de 0 a 100 km/h en 13,8 segundos y llegando a 160 km/h. Además, en algunos mercados se ofrecerá en versión Eco, que tiene unas marchas cuarta y quinta más largas para rebajar el consumo, mejoras aerodinámicas, Start&Stop y neumáticos de baja resistencia a la rodadura.
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