Los coches eléctricos provocan accidentes más caros y con más daños

Los modelos sin emisiones son más potentes y pesados, por lo que los accidentes suelen tener peores consecuencias.

coches eléctricos
Un Tesla Model S en las pruebas de choque de AXA.

Los coches eléctricos son una realidad y, poco a poco, todo lo que hay alrededor de la industria de la automoción se adapta a ellos. El de los seguros puede parecer un tema tangencial, pero lo cierto es que este tipo de vehículos trae consigo novedades que va a hacer necesario que se adapten. La aseguradora AXA ha llevado a cabo un estudio al respecto, cuya conclusión es que que, una vez envueltos en un accidente, son más peligrosos.

“El triunfo de la electromovilidad ya no se puede detener. Esto no solo es bueno para el medio ambiente, sino que también hace que la conducción sea divertida. Sin embargo, las aseguradoras y nuestros clientes también tenemos que gestionar nuevos riesgos: aunque los coches eléctricos no provocan más accidentes en este país, muchas veces pueden dar lugar a siniestros individuales más caros”, asegura Nils Reich, director de AXA en Alemania.

¿A qué se debe esto? AXA apuntan varias características de los coches sin emisiones como causantes.

Coches eléctricos: accidentes más caros

Un primer factor a tener en cuenta es la mayor potencia promedio de este tipo de vehículos, que, además, la entregan de una manera más inmediata. En un eléctrico, basta pisar el acelerador para tener disponible al momento toda la fuerza del automóvil, lo que puede hacer que sea más difícil controlarlos y que esto derive en accidentes.

De hecho, la aseguradora indica que sus clientes propietarios de coches eléctricos causan un 50% más de accidentes con daños en sus vehículos que los que tienen modelos de combustión.

Esto, además, se combina con otro rasgo propio de turismos sin emisiones. Estos son más pesados que coches térmicos equivalentes en tamaño, de modo que las colisiones tienen unas consecuencias más graves. Como las baterías de los coches eléctricos, por el momento, son voluminosas y bastante pesadas, las inercias son mayores.

El peligro de las baterías

Por último, las propias baterías también suponen uno de los mayores puntos débiles de este tipo de vehículos. Para rebajar el centro de gravedad de los automóviles, se suelen situar en los bajos del coche. Allí, se encuentran muy protegidas por los refuerzos de la carrocería, tanto en la parte delantera como en la trasera, así como en las laterales.

Sin embargo, la zona inferior no cuenta con el mismo nivel de protección. Por tanto, golpes fuertes al pasar por bordillos, piedras u otros obstáculos las puedan dañar con relativa facilidad. Una vez en esta condición, es bastante sencillo que se produzca un incendio, aunque la aseguradora AXA apunta que no es tan habitual como se cree: solo ocurre en cinco de cada 10.000 coches.

Por último, otro punto a tener en cuenta es que los coches eléctricos en general montan sistemas muy avanzados y caros. Cuando se produce un accidente, si alguno se ve afectado, el coste de la reparación es mayor que en un vehículo térmico.

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