“¿Te cuento un chiste?” (y otras formas de arruinar un viaje en coche compartido)

Guía rápida para no fastidiarla si vas a meterte en un coche con desconocidos durante horas. Atención: algunos temas de conversación son tabú.

coche compartido
Una pregunta a destiempo puede crear silencios muy incómodos en un viaje.

Los viajes en coche compartido están en auge, pero plataformas como Carpling, BlaBlaCarZipCar no ofrecen todas las respuestas. Porque un viaje largo con desconocidos supone un reto sociológico interesante: ¿de qué narices vamos a hablar?

El caso es que un conductor de este tipo de servicios compartidos se siente, de alguna manera, obligado a comportarse como un buen anfitrión. Quiere que el viaje resulte agradable al resto de los ocupantes. Casi como si estuvieran en su casa, vamos.

Además, si te puntúan bien, ganarás prestigio en la plataforma y es posible que todos llevemos un taxista parlanchín en nuestro interior. Una conversación sosegada pero entrañable hará que no te duermas al volante y que no te distraigas demasiado como para no estar pendiente de la carretera. Por el contrario, una discusión puede sacarte de tus casillas y hacer que pierdas el control del vehículo.

Entonces, ¿de qué hablamos para agradar y de qué no? Para que no metas la pata, aquí te damos algunas recomendaciones:

TEMAS QUE NO (POR SI ACASO)
En un coche compartido hay que procurar no recurrir a temas negativos, que ahonden demasiado en la personalidad o en la intimidad del pasajero o que puedan herir su sensibilidad. Evita ser pedante o dar clases de todo y llevar siempre la razón. ¡Y huye del ligoteo! Si tiene que surgir, surgirá, pero no lo busques porque nadie se ha montado en tu coche para liarse contigo.

Fútbol. Para gustos los colores, estadísticamente es muy difícil que en un mismo viaje sean todos del Real Madrid o del Barcelona. Incluso debes tener en cuenta que no a todo el mundo le gusta el fútbol, así que evita decir: “Pues al Cristiano Ronaldo lo ponía yo a construir carreteras”.

Política. O religión. O cualquier cosa que suponga cierto posicionamiento ideológico. Asuntos tabú cuando te enfrentas a conversaciones con desconocidos. Es posible que, aunque no lo quieras, termines discutiendo y esto afectará negativamente a tu conducción. Frases como “¿tú eres del Coletas o del de la gaviota?” no tienen cabida en este tipo de viajes.

Chistes. Hay que evitar a toda costa hacer chascarrillos o bromas pesadas seguidas de autorrisas tontonas. Cada uno tenemos un sentido del humor diferente y el chiste de la vaca no le hace gracia todo el mundo. No te pases de gracioso: “¿Sabes de qué murió la madre de Kung-Fú? De Kungfuntivitis”.

Sexo, edad o vida privada en general. Ponerte a hablar de tu vida sexual o preguntarle sobre la suya a alguien que acabas de conocer no es muy elegante. Mantén las preguntas íntimas fuera de la conversación. En cuanto a la edad, evítalo o al final meterás la pata: “¿30?, pues yo te echaba algunos más”.

Accidentes o enfermedades. Hablar de cosas negativas en un coche compartido debería estar prohibido. Pronuncia algo como “pues el otro día casi me salgo en una curva…” y contempla por el retrovisor los pálidos rostros de tus pasajeros.

Coche compartido

‘Juego de Tronos’ (o cualquier serie) puede salvar un viaje.

TEMAS QUE SÍ
Lo lógico es que en un coche compartido saquemos temas neutros, positivos, triviales, que no conduzcan a discusión alguna. Y hay que estar atentos: si un asunto ya está agotado o comienza a generar tensión, es mejor cambiar a otro lo más rápidamente posible. Pregunta a los pasajeros su opinión sobre las cosas y también procura crear silencios para no agotar la conversación.

El tiempo. Siempre ha sido y será un tema recurrente y, a priori, no es susceptible de provocar disputas. Si hace bueno o hace malo es más que obvio, y por lo tanto no admite discusión alguna. ¿O sí? En todo caso, un “parece que refresca” a tiempo siempre es una buena opción.

‘Juego de Tronos’. Películas, series de televisión o literatura en general pueden ser un punto de contacto con tus pasajeros. Comenta tu serie favorita y si coincides con ellos, estupendo. Pero recuerda escuchar a los demás: es importante que vean que te interesan sus aficiones o pasatiempos. Donde quiera que vayas hay un seguidor de Juego de Tronos: “Hay que ver cómo se las gasta la Khaleesi en la última temporada”.

Profesión o estudios. Interesarse por el trabajo del interlocutor, sin llegar al cotilleo, puede hacer que este tome mayor confianza en ti. Lo malo es que empiece a enrollarse con todo lo que hace. “Soy economista, hablo tres idiomas, doy clases de taichí, colaboro con una ONG y además…”.

¿De dónde eres? Desde tiempo inmemorial ha sido la primera pregunta que se hacía a un desconocido. La procedencia geográfica es un buen tema para iniciar posibles coincidencias que generen empatía: “¿De Zamora? Pues mi madre es de allí también”.

¿Vas mucho por allí? El destino al que vais juntos también es un buen tema cuando ya se ha cogido un poco de confianza. El mundo es más pequeño de lo que parece y puede que al final seáis primos lejanos y coincidáis. Otro buen recurso es preguntar por viajes anteriores; normalmente se recuerdan gratamente y generan buen rollo en la conversación. “Y además de Matalascañas, ¿has estado en algún otro sitio?”.

Así que ya sabes, aprovecha las ventajas que ofrece el coche compartido, pero también hazte responsable del trato que ofreces a tus pasajeros. Y conduce con precaución, que es más importante que la charla.

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