Comprarse un coche, ya sea nuevo o usado, es un proceso largo y minucioso que supone comparar muchos modelos, usar configuradores, ir de un concesionario a otro buscando ofertas… Vender el vehículo propio implica un desgaste similar, y además resulta complicado conseguir un buen precio: los coches se devalúan con rapidez.
Sin embargo, hay maneras de optimizar los esfuerzos y colocarlo en el mercado de segunda mano por una cantidad más rentable. Siguiendo estos consejos será más sencillo poner a la venta el coche por una suma adecuada. A los posibles compradores les parecerá justa y resultará más fácil llevar a cabo la operación.
CONOCE SU VALOR
Para no tirarse a la piscina es importante saber en qué rango de precios se mueve el coche. Las opciones para conseguirlo son básicamente dos: tasarlo o buscar en páginas de segunda mano unidades con características similares (los precios, en este caso, probablemente estén algo hinchados).
En cuanto a la tasación, muchas webs dedicadas a la compra de modelos usados la ofrecen de forma gratuita. Es un proceso sencillo y rápido, pero la valoración tiende ligeramente a la baja (su negocio consiste en revender después el coche). Además, el precio se obtiene en función de la marca, el modelo, la antigüedad y el kilómetraje, sin que importen otros detalles. No obstante, sirve como orientación.
Sé consciente de lo que ofreces
Todo el mundo valora más lo suyo que lo de los demás: se tiende a pedir mucho cuando se quiere vender y a ofrecer poco cuando se desea comprar. Así que no queda más remedio que ser realista y evaluar de forma autocrítica el estado del vehículo: kilometraje, potencia, nivel de equipamiento, estado general, mantenimiento, historial de averías… Hecho ese análisis será más fácil establecer un precio de venta viable.
Ponlo a punto
Es posible aumentar el precio (y que un potencial cliente esté dispuesto a pagarlo) si se cubren una serie de detalles que tampoco tienen que suponer mucho desembolso. Que tenga la ITV pasada, que ya esté hecho el cambio de aceite, que lleve ruedas nuevas y que el mantenimiento básico esté al día son cuestiones siempre bien recibidos por el comprador.
Destaca lo bueno y advierte de lo malo
Advertir de los puntos flacos del coche (averías, pequeños desperfectos, fallos de funcionamiento…) no va a hacer que te paguen más por el coche, pero se trata de ser honrado. Además, no avisarlo jugará claramente en tu contra: al verlo en persona o al probarlo, el comprador utilizará todos esos puntos para rebajar el precio mucho más de lo que tuvieras pensado.
De la misma manera, saca a relucir todo lo bueno que tenga: si es fiable, si no te ha dado problemas en el tiempo que lo has tenido, si cuenta con algún acabado especial, los elementos de equipamiento extra de que disponga, etc.
La imagen es importante
Parece obvio, pero echando un vistazo a páginas de compraventa de segunda mano no queda tan claro. Para vender el producto hay que mostrarlo en su mejor estado posible: limpia la carrocería, deja el interior impoluto y hazle unas buenas fotografías en las que se aprecie en todo su esplendor. Destacará entre la ingente cantidad de vehículos en venta que pueblan la web.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram