Es evidente que el coche ha sido inventado principalmente como medio de transporte de personas y mercancías, pero ya sabemos que la mente humana es capaz de darle la vuelta a cualquier cosa y buscarle nuevos usos según las necesidades del momento. Aquí proponemos unos cuantos.
PARA PREPARAR LA COMIDA
Sí, parece una broma, pero resulta que hay una verdadera tendencia gastronómica que utiliza el motor del coche como cocina improvisada. De hecho existe un invento estadounidense, llamado Exhaust Burger, que usa el humo y el calor de tubo de escape para cocinar. Pero no se queda ahí la cosa, se puede cocinar directamente en el motor, que incluso recién apagado aún conserva calor suficiente para preparar, por ejemplo, unos huevos fritos.
También se puede aprovechar la climatología. Cuántas veces hemos entrado en nuestro vehículo en pleno verano y hemos dicho “parece un horno”, pues precisamente esto es lo que utilizan en este vídeo para preparar una suculenta receta de galletas.
PARA UTILIZARLO DE ALMACÉN
El coche es un magnífico trastero que tiene la ventaja de estar siempre a mano, porque puedes viajar con él. Sobre todo si tienes niños, cumple la función de tener cerca el sinfín de cosas que estos necesitan: el patinete, la pelota, el carrito de paseo, una muñeca, los Juegos Reunidos Geyper y todo lo que pueda servir para entretenerlos en un momento dado. El inconveniente es que al final acumulamos más cosas de las que realmente necesitamos, por lo que conviene revisar este ‘minitrastero’ de vez en cuando.
COMO CANCIÓN DE CUNA
Muchos son los padres y las madres que utilizan el coche como método para calmar el imparable llanto de sus bebés y conseguir que por fin duerman. En ocasiones basta con estar parados con el motor al ralentí, pero lo normal es que haya que dar un par de vueltas para conseguir el objetivo.
PARA DORMIR Y LO QUE SURJA
El automóvil siempre ha servido de refugio nocturno improvisado cuando no hay otra posibilidad. Lo cierto es que es más recomendable para una siesta que para pasar la noche, porque quien ha tenido la experiencia sabe que no hay nada más incómodo que dormir en un coche.
En la mayoría los asientos no se tumban del todo y su diseño envolvente no te permite cambiar de postura. Tan solo es posible dormir perfectamente tumbado en una furgoneta donde se puedan quitar los asientos o en el mítico primer modelo del Renault Twingo, cuyos asientos conformaban una auténtica cama de matrimonio. La posibilidad de dormir (o no dormir) solo o acompañado ya es una cuestión de cada uno.
PARA REFUGIARSE
Para la lluvia, para el sol o incluso para esconderse de alguien, el coche, si está cerca, siempre es la primera opción que nos viene a la cabeza. De hecho ya vemos que en las películas siempre hay un coche a mano para refugiarse cuando el malo viene a por los protagonistas, que aunque nunca están las llaves puestas, si que sirve para pararle un rato los pies. También vale en el caso de que sean zombis.
https://www.youtube.com/watch?v=Uo-M5E0T8WI
PARA CELEBRAR UNA FIESTA
La cultura del botellón y la marcha espontánea ha creado tendencias como el tuning fiestero, que consiste en adaptar, con mayor o menor fortuna, el coche a las necesidades de la diversión. Normalmente se trata de la música a todo volumen con altavoces desorbitados e incluso una barra de bar incorporada en la bandeja trasera. Los ejemplos son numerosos, pero hemos elegido este como muestra del savoir faire del tuneo, un Toyota Aygo DJ Concept que no tiene nada que envidiar a las gastronetas que se ven por ahí.
PARA USARLO DE ESCALERA
El coche nos puede proporcionar una forma rápida de alcanzar mayor altura, como si de una escalera se tratara. De esta manera, al subirnos al techo o al capó del mismo, podemos darle diversos usos: para ver qué hay detrás de un muro, para entrar por la ventana de casa si se nos han olvidado las llaves, para coger manzanas de un árbol o incluso para no pagar la entrada del fútbol o los toros, si superamos visualmente la altura de la valla, claro.
PARA LAS MASCOTAS
Más de un perro duerme en el maletero del coche de su dueño, que a falta de caseta o lugar para colocarla decide acondicionar el habitáculo trasero para que su can pase la noche. Una vuelta de tuerca al invento es utilizar un coche viejo de gallinero, y si nos lo montamos bien podemos conseguir un lugar tan agradable que las gallinas nos mostrarán su agradecimiento con sus mejores puestas de doble yema.
PARA ACICALARSE
Un uso muy interesante de cualquier coche, incluso si no es nuestro, es comprobar nuestro aspecto. Si tenemos una cita y queremos saber si estamos presentables, lo mejor es mirarse en el reflejo de la ventanilla de uno próximo y, si además queremos repasar el maquillaje, cualquier retrovisor externo nos será útil. Pero atención: se trata de una práctica penada por el Reglamento de Tráfico.
COMO MUEBLE AUXILIAR
Al igual que lo anterior, imagina que vas por la calle con las dos manos cargadas y necesitas abrocharte el zapato, puedes usar el capó de un coche para dejar las cosas encima y apoyar el pie sobre una rueda o sobre el parachoques (si es prominente) para poderte abrochar con comodidad. En definitiva, como si fuera el mueble consola de la entrada de tu casa.
PARA CARGAR EL MÓVIL
Y como fuente de energía en general. Incluso antes de la era del smartphone, la batería del coche se utilizaba para proporcionar luz o energía en los momentos que se necesitaba. Por ejemplo, si se hacía una acampada o si una barbacoa en el campo se prolongaba hasta la noche, solo había que echar mano de unos cables de batería y conectar una bombilla con unas mínimas nociones de bricolaje.
Actualmente solemos usar la energía de la batería más para cargar el móvil que para otra cosa, pero existen diversos conectores para el mechero del coche y que cumplen diferentes funcionalidades (para televisor, DVD, linterna, nevera portátil…).
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