Tengo unas ganas locas de viajar en moto. Después de una larga convalecencia por un accidente de tráfico, pensar en volver a rodar es una bendición. Por eso estoy en un momento en el que me apunto a un bombardeo, no veo el momento de romper con la rutina diaria con un manillar entre las manos y con el horizonte como destino. Por fortuna, voy a poder desquitarme durante este mes de mayo, con dos planazos que me gustaría compartir con vosotros y que espero os resulten de interés.
Ambos son de muy diferente concepto, aunque comparten varios días de ruta y escenarios más que seductores. El primero será un viaje desde Barcelona hasta Grimaud, en el golfo de Saint Tropez, donde se celebra de nuevo el Euro Festival de Harley-Davidson. Allí se reunirán miles de apasionados a la marca llegados desde toda Europa para disfrutar de la bonanzas (esperemos) de la costa mediterránea. Muchos kilómetros por delante hasta llegar al lugar de la reunión para vivir a continuación cuanto pueda ofrecer uno de los eventos más importantes de cuantos celebra la marca de Milwaukee para sus incondicionales del Viejo Continente.
Eso será del 10 al 13 de este mes, con dos jornadas de desplazamiento y otras tantas en Saint Tropez. Y sin mucho tiempo para descansar (ni falta que hace) el 17 pondré de nuevo rumbo al norte, en esta ocasión hacia Santander, donde al día siguiente arrancará la edición 2017 de PuntApunta. Un desafío abierto para motocicletas de cualquier marca pero auspiciado por BMW Motorrad y que sirve para recorrer, como su propio nombre indica, la península ibérica de un extremo a otro. En 2017 el sentido será desde la mencionada Santander hasta Estepona (Málaga), un periplo de tres jornadas por carreteras secundarias que completarán más de medio millar de participantes guiándose por estos recónditos parajes a través de un libro de ruta.
Trayectos diferentes, motos distintas, planteamientos dispares pero un común denominador: la pasión de tantos y tantos por los viajes y las vivencias sobre dos ruedas, además de su identificación con marcas emblemáticas como BMW y Harley. Debo reconocer que estoy muy ilusionado con acudir a ambos, no sólo por poder contar la experiencia desde este espacio sino también por lo especial que resulta para mí volver a la carretera. La sombra del desánimo es muy alargada desde la cama de un hospital y cuando te preguntas si podrás volver a subirte en una moto, la única forma de vislumbrar luz al final del túnel es, precisamente, imaginando momentos como los que espero vivir ahora. Ojalá os apetezca acompañarme a ratitos… Lo podréis hacer desde aquí de modo más reposado o con mayor inmediatez en Twitter e Instagram.
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