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La eterna rivalidad entre alemanes y austriacos -vecinos a los que une la historia- llega igualmente al mundo de las motos, y la austriaca KTM lucha denodadamente por desbancar a su eterna rival alemana BMW. La nueva 1290 Super Adventure es una declaración de intenciones, quieren ofrecer la mejor supertrail aventurera y su ficha técnica despeja las dudas, es la más completa y poderosa del momento.
Cifras perfectas
A 860 milímetros del suelo se conducen los 160 CV con los que cuenta la austriaca 1290 Super Adventure. Una poderosa ‘trail’ con un depósito de 30 litros y 229 kilos que, en marcha, apenas se sienten. Equipación, prestaciones y efectividad a golpe de puño.
Sus cifras son espectaculares, 1.301 cc, 160 CV y 140 Nm, tiene un depósito de combustible que le caben 30 litros y aunque es una moto bastante larga y alta (el asiento se encuentra a 860 milíometros del suelo), es más ligera que sus competidoras, pesa 229 kilos. Su precio es de 18.666 euros, también es de las más caras, pero tiene la ventaja de venir con una equipación de serie muy generosa.
¿Cordero con piel de lobo o viceversa?
Al verla en parado impresiona la altura de su cúpula y manillar, intimidan el entramado de tubos de sus defensas laterales y sorprenden los accesorios que equipa. Puños calefactables, pantalla doble regulable con la interior ahumada anti reflejos, control de velocidad de crucero, espumado del asiento en 3D con calefacción… La instrumentación con ordenador de abordo ofrece mucha información, se maneja desde la piña izquierda con un mando-navegador de una manera muy intuitiva. En cuanto a su seguridad incorpora el sistema MSC que gestionan las suspensiones activas con regulación electrónica, en combinación con los frenos y los modos de entrega de potencia del motor. Son cuatro, Sport, Street, Rain y Off Road, y los podemos elegir según las circunstancias y condiciones de la ruta. Cada modo aplica convenientemente el control de tracción, reglaje de suspensiones, la actuación de los frenos y el novedoso sistema de faros autoadaptativos que ayudan al alumbrado en curva con más o menos intensidad dependiendo de la inclinación de la moto.
Una vez en marcha no se siente para nada pesada y hay 160 CV siempre disponibles que obedecen fielmente las órdenes del conductor. Se puede callejear con ella tranquilamente (aunque evidentemente los atascos ciudadanos no son su mejor elemento), hacer turismo plácidamente o recorrer medio mundo por cualquier pista o carretera, dando rienda suelta a sus bien adiestrados caballos.
El motor LC8 derivado del de la 1290 Super Duke R, además de poderoso, se comporta con más finura y mejor tacto que nunca, su electrónica de última generación es la responsable de tanta dulzura. Aunque igualmente muestra otra cara cuando giramos el puño de gas a fondo en el modo sport, entonces derrocha potencia y prestaciones, pero siempre antepone suavidad y confort al resto de atributos.
Los objetivos de esta 1290 Super Adventure están claros, destronar con equipación, prestaciones y efectividad a la reina de la categoría. Desde luego el calificativo de Super se lo ha ganado a pulso.
Para iniciarse: hermana menor
El equilibrio de conjunto y su carácter amable convierten a la 1050 en una buena opción para los que busquen su primera moto ‘trail’
Esta nueva KTM 1050 tiene unas dimensiones y un aspecto más amigable que el resto de sus rivales en el mercado. Una potencia recatada para facilitar su manejo y un peso de solo 212 kilos la convierten en una opción ideal para entrar en el apasionante segmento de las grandes motos aventureras. Se encuentra en un rango asequible con un precio bien ajustado (12.690 euros), recomendable para los que no buscan lo máximo en ningún sentido, pero aprecian un equilibrio bien conseguido y un comportamiento brillante.
El motor rinde 95 CV y se ha orientado hacia un manejo más sencillo y un mantenimiento más económico, entre otras cosas, espaciando las revisiones cada 15.000 kilómetros.
El bastidor es el multitubular fabricado en acero al cromo-molibdeno, solo pesa 9,8 kilos y lleva atornillado un semichasis de aluminio para sujetar el asiento, soporte de matrícula, piloto y guardabarros trasero; lo que permite sustituirlo fácilmente.
Para incrementar su seguridad en frenos y suspensiones equipa componentes de primera calidad, lleva luces diurnas de led, los intermitentes tienen apagado automático y el ABS y el control de tracción forman parte del equipo de serie. El cuadro de instrumentos es muy completo y la posición de conducción resulta muy cómoda con una postura de brazos y piernas relajada.
Entrando en detalles, la horquilla invertida delantera tiene 185 mm de recorrido y 190 mm el monoamortiguador de la rueda trasera, en este caso se puede regular el hidráulico en rebote y la precarga del muelle.
La primera impresión es de ser una moto compacta, el asiento, mullido, está situado a 850 milímetros. No es especialmente bajo, pero gracias a la estrechez de la unión asiento/depósito se llega bien al suelo. El tacto de las suspensiones y asiento indican que es una moto pensada para hacer agradable la marcha.
Se puede elegir entre cuatro modos de conducción y entrega de potencia: Sport, Street, Rain y Off-Road. El motor sube bien de vueltas y acelera con presteza, aunque se estanca un poco cuando llega a las 6.000 revoluciones, en ese régimen mantiene su potencia hasta llegar al corte de encendido. Apenas vibra y responde con energía a medio régimen. Sobre tramos virados de carreteras de montaña es donde la Adventure 1050 demuestra más virtudes. Rueda con facilidad, sin destacar en nada pero haciéndolo todo bien, tiene aplomo, frena con nobleza y se mueve con agilidad en los cambios de dirección. Su trato siempre amable está presente en cada ocasión, sin duda una buena compañera.
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