Audi está desvelando los detalles del nuevo Audi A8 con cuentagotas: sabemos que se aparcará solo y que utilizará un sistema eléctrico de 48 voltios. Pues bien, una de las ventajas de esta última característica es que se utilizará para mejorar la suspensión, que será electromecánica y activa, lo que redundará en un mayor confort y refinamiento de marcha.
El sistema controla cada rueda de manera individual gracias a la presencia de un motor eléctrico en cada una, funcionando de la siguiente manera: la cámara frontal de la gran berlina detecta los baches de la carretera y permite ajustar de manera predictiva la suspensión, informando a cada muelle de cómo tiene que actuar en todos los casos. Además, como el escaneo se produce 18 veces por segundo se ajusta prácticamente en tiempo real a lo que ocurre en el asfalto.
Esto repercute en un aumento de la comodidad, pero también proporciona un comportamiento dinámico a la altura de la conducción deportiva. La suspensión neumática trabaja de manera conjunta con el eje trasero direccional, lo que reduce el balanceo de la carrocería en las curvas. Asimismo, también mejora el cabeceo, tanto en aceleraciones como en frenadas fuertes, y otorga una dirección más precisa. El resultado es una agilidad bastante elevada para un vehículo de sus dimensiones, porque la marca afirma que el Audi A8 tendrá un radio de giro menor que el de un Audi A4.
Por último, la suspensión electromecánica también refuerza la seguridad del vehículo. Actuando junto al sistema Audi pre sense 360º, cuando anticipa un impacto lateral a más de 25 km/h, los amortiguadores elevan la carrocería 80 mm en medio segundo, redirigiendo la colisión hacia las áreas más reforzadas del vehículo, como los travesaños laterales.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.