El ‘tuning’ tiene como propósito transformar coches, pero por internet se puede ver que hay niveles y niveles en esta materia. Hay quienes se lo toman en serio y quienes lo afrontan desde un punto de vista humorístico, como es el caso de este usuario de Instagram.
Propietario de un humilde Citroën C3, modelo destacado por sus bajos consumos, pero no por sus prestaciones, decide convertirlo, a su manera, en un BMW M3. Puede parecer algo imposible, pero que es viable si se utiliza un poco el ingenio.
En tres simples pasos lleva a cabo todo el proceso:
- Elimina la C del logo trasero y la reemplaza por la característica M de BMW.
- Pinta la parrilla delantera con los reconocibles colores de BMW Motorsport.
- Pone una pegatina en la luna trasera que reza “Me identifico como un BMW”.
Acto seguido, se lanza a la carretera para ponerlo a prueba llevando a cabo lo que algunos usuarios denominan como conducción típica de un propietario de BMW, haciendo referencia, entre otras cosas, a que por ejemplo no utiliza los intermitentes al cambiar de carril.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.