22 costumbres de los conductores con un aroma un poquito rancio

Los tiempos cambian y la forma de usar los coches también. Ya nadie ve coches con asientos de bolitas ni ambientadores de pino en el retrovisor.

costumbres de los conductores

Parece mentira, pero si echamos la vista atrás veremos que llevamos ya más de 130 años conduciendo automóviles. Desde luego es mucho tiempo, y las costumbres de los conductores han cambiado. Igual que la ropa o la decoración de nuestras casas, hay cosas (y comportamientos) en el coche que ya no son lo que eran.

1. El asiento de bolitas. Todo un emblema del profesional del taxi. Aquellas bolitas de madera (o lo que fuera) entramadas hasta configurar un rudo tapete en el que sentarse durante horas y que circulara el aire alrededor. El que las ha usado alguna vez asegura que eran cómodas y alaban el efecto masaje.

2. Sacar el brazo por la ventanilla. Una de las costumbres de los conductores que ya no se lleva. No solo porque te deja un moreno irregular, sino porque no llevar las dos manos en el volante tiene multa.

3. El marco de imán con las fotos de los niños. (Y la leyenda “Papá no corras”). Ahora en las guarderías y escuelas son mucho más imaginativos y hacen manualidades mucho más chulas y coloristas.

4. El póster de la chica desnuda en la cabina del camión. Ya no es habitual encontrar camioneros que exhiban este tipo de imágenes, ni siquiera en los talleres de reparación nos las encontramos. Afortunadamente el aumento del respeto a la mujer está notándose.

5. El San Cristóbal en el salpicadero. No es solo una cuestión de pérdida de la fe en la protección del santo frente a los accidentes, es simplemente lo mismo que le pasó a la muñeca vestida de gitana con la televisión de pantalla plana: en los salpicaderos de los coches ya no cuadra tanto.

6. Cambiar el pomo de las marchas. Salvo alguna excepción, ya no es común ponerse a cambiar esta pieza, Antes había todo tipo de motivos y colores para personalizar cada palanca de cambios, pero ahora se lleva más respetar la decoración que viene de serie.

7. Llevar un estuche de CD o casetes. La música en streaming y los reproductores de MP3 acabaron con eso de llevar discos en el coche. De hecho, es raro que se sigan fabricando radios de coche con la ranura para insertarlos, apenas ya nadie lo usa. La parte buena es que ahora tampoco hay que cargar con el casete extraíble por toda la discoteca. El que lo ha vivido sabe bien lo incómodo que era. Ni siquiera la versión reducida de llevarte solo el frontal era cómoda.

8. El perrito de la bandeja trasera. Aquel que decía sí constantemente desapareció de la parte de atrás en la década de los ochenta. Hubo intentos de modernizar la tendencia con peluches de intensos colores, pero evidentemente no era lo mismo y la moda sucumbió junto con la de los tapetes de ganchillo. Actualmente la bandeja trasera sufre un abandono decorativo sin precedentes, seguramente afectada por la inclinación que le produce el continuo uso de la quinta puerta.

9. Tirar la colilla por la ventana y escupir. Afortunadamente este tipo de costumbres de los conductores, antes arraigadas en lo más profundo de la sociedad, hoy son concebidas como actos denunciables. También como delito en el caso del cigarrillo (por riesgo de incendio), y sancionable con una multa en el caso de escupir por la ventanilla.

colillas-suelo

10. Vaciar el cenicero en la calzada. En la misma línea de lo anterior, aún se pueden recordar los montoncitos de colillas en los aparcamientos en batería. (Aunque todavía hay quien lo hace). ¡Vamos! Un esfuercito, si eres capaz de hacer running con 35 grados, también puedes acercarte a una papelera a vaciar el cenicero.

11. Cambiar la rueda de repuesto. Aunque parezca mentira, esto tamibén ha desaparecido entre las costumbres de los conductores. Entre que los coches ya no llevan rueda de repuesto y que ya poca gente se remanga para cambiarla… Mejor que venga la grúa del seguro, que para eso pagamos.

12. Sacar el aire al arrancar. De entrada ya ni se puede, porque los coches no llevan aquella palanquita que lo permitía. En realidad tampoco hace falta, los motores de los coches actuales ya no se ahogan.

13. Ver el motor. Era una práctica habitual cuando te comprabas un coche. Ahora abres el capó y cómo mucho solo identificas el depósito para el agua del limpiaparabrisas. Lo demás ni te suena: es que ni se ve.

14. Ir tumbado en el asiento de atrás. Los viajes ya no se pueden hacer tumbado a pierna suelta en el asiento trasero. Primero: ya no es un asiento corrido tipo sofá, por lo que resulta más incómodo; y segundo: las normas de circulación te obligan a ir bien sentado en tu asiento y con el cinturón bien abrochado.

15. Preguntar cuánto falta. Ahora viajar con niños es más fácil que nunca. Disponen de un verdadero centro de ocio en la parte de atrás. Cuando no es con la consola portátil, es con los vídeos de Peppa Pig o los casual games de tu móvil, así que no les da tiempo a protestar.

16. Llevar una cajita de herramientas por si tenías que arreglar algo. ¿Recuerdas aquel apartado del manual de conducción que se llamaba Entretenimientos mecánicos? Denotaba que había una cultura mucho más habitual, incluso la normativa lo imponía, de llevar herramientas para hacer pequeñas reparaciones en nuestros vehículos, que al menos nos permitieran seguir el viaje. Ahora ya no hay nada que arreglar que no precise primero pasar por el ordenador del taller y la consabida factura.

17. La pegatina de “Turbo”. Todo un mito para una generación. Esta pegatina significaba pasar tu coche de 1.000 cc, o como mucho 1.200 cc, a categoría de V8. Al menos simbólicamente. Sin embargo la pegatina de “Bebé a bordo” sigue gozando de gran éxito entre los usuarios.

18. Crear el efecto de luna tintada con vinilos. Había que ser muy habilidoso para que no te quedaran burbujas al poner las pegatinas de vinilo y se notara que el tintado era falso. Ahora la gran mayoría de los vehículos traen los cristales tintados de serie. También ha desaparecido, entre las costumbres de los conductores, el vinilo verde botella que se ponía en la parte superior del parabrisas a modo de parasol, tan común en camiones y furgonetas.

ambientador-de-pino

19. El ambientador con forma de pino. Ahora los ambientadores son más sofisticados y decorativos, incluso te los puedes hacer tú mismo si eres habilidoso. Además el aroma a pino ya no se lleva, ahora todo es más frutal, conceptual y zen: como el aroma a sábanas limpias, el de frutas del bosque en primavera o el de extracto de camomila con jazmín de Tailandia.

20. Abrir la puerta con la llave. A no ser que vivas en un barrio con inhibidores de frecuencia, ya nadie mete la llave en la cerradura de la puerta del coche. La carrocería sale ganando porque así no queda el círculo de rasguños típico del llavero al girar. Al menos también pasó la moda de que el coche hiciera un ruidito electrónico al presionar el control remoto de la llave para abrir o cerrar.

21. Las alarmas sonoras. Bueno, aún queda algún nostálgico de este sistema de protección que suele despertar a medio barrio cuando el camión de la basura pasa junto a su coche, pero están en extinción.

22. Tirar del freno de mano. Si tienes un coche con freno de mano automático, echarás de menos eso de tirar con fuerza de la palanca después de aparcar. Era como poner tu rúbrica a la maniobra. Ahora solo queda fiarse de que la electrónica sujete adecuadamente el coche en una cuesta. Y aunque parece que funciona, deja puesta una marcha, por si acaso.

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