Hay ocasiones en la que la máquina supera al hombre. Vehículos sofisticados y potentes que se revelan por encima de las exigencias, capacidades y necesidades de quienes los conducen. Es el extremo opuesto a la simplicidad, a la esencia que representa una ingeniera racional capaz de satisfacer muchas expectativas.
Una simplicidad representada con acierto por el último modelo de Royal Enfield. La legendaria marca india con reminiscencias británicas completa su gama por el nivel de acceso. Lo hace con la nueva Hunter 350, una moto funcional y minimalista pero no carente del encanto que rebosan estos productos de estilo clásico.
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Royal Enfield quiera atraer con esta moto el interés de usuarios principiantes, también de mujeres que se puedan sentir abrumadas por propuestas de dimensiones y pesos ingobernables. Y sin olvidar a motoristas más curtidos, aquellos que están de vuelta de la complejidad y apuestan por la esencia de una moto en estado puro.
La Hunter 350 se materializa sobre la base de un sencillo chasis de tubo de acero, que se anclan unas suspensiones convencionales en ambos ejes. Un depósito con el sello de la casa, al igual que el sillín, y componentes básicos completan un conjunto que pesa 195 kilos. La altura del asiento está a solo 790 milímetros del suelo, lo que la hace ya accesible para personas de estatura contenida.
Apuesta segura con el motor
Tampoco aparecen alardes, ni falta que hace, en el motor de la Hunter. Un concepto tradicional de un solo cilindro y dos válvulas, un cubicaje de 349cc y una potencia de 20,5 CV. Sí que tiene inyección (los carburadores son historia en la era del control de las emisiones), mientras que la refrigeración es igualmente previsible con la combinación de aire y aceite.
Un cambio de cinco velocidades, transmisión final por cadena, frenos de disco en ambos ejes (con ABS) y llantas de aleación de 17 pulgadas tanto delante como detrás son el resto de las características técnicas reseñables de una moto honesta en su concepción, que ofrece lo que promete y no engaña con falsas expectativas.
Un planteamiento que se traduce en un precio realmente competitivo para su segmento. Por 4.389 euros se puede acceder a un vehículo capaz de regalar muchas satisfacciones, al menos siempre que se tenga claro cuál es su filosofía y pretensiones.
Es resultona en su diseño, manejable y fácil de conducir, consume poquísimo (algo más de 2,5 litros a los 100) y goza de la fiabilidad legendaria de las Royal Enfield. ¿Se puede pedir más? Por eso dinero parece difícil…
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