La peor parte de la celebración de un festival es acceder y salir del recinto sin ningún tipo de problema. Sin embargo, la gran mayoría de las veces es complicado no tardar horas debido a una mala organización o un mal temporal. Y los visitantes del festival Burning Man de Nevada (Estados Unidos) han sufrido los efectos.
Los 70.000 asistentes a esta celebración multicultural han vivido una auténtica pesadilla, originada por unas fuertes lluvias tras las que se formó un gran barrizal en el desierto. Las imágenes que circulan por redes sociales han causado un fuerte impacto debido a la masiva congestión de vehículos, una de las consecuencias más llamativas de las tormentas.
Las fuertes precipitaciones convirtieron el desierto de Nevada en un lodazal del que muchos intentaron huir a pie, caminando hasta 10 kilómetros.
Una hilera infinita de coches atrapados
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram