A unos días del cambio de año, Audi ha anunciado su plan para el 2016. En el predomina una considerable inversión de capital, la renovación de modelos y la llegada de uno que todos esperábamos.
El primer punto es la base de los dos siguientes, y es que la marca va a invertir 3.000 millones de euros durante el próximo curso. Estos irán en parte dedicados a optimizar costes, a crear nuevos procesos y a desarrollar nuevos modelos.
Y el más destacable (al menos el que ha confirmado el fabricante) es el largamente rumoreado Q2. Audi continúa con su política de expandir la gama todocamino de la familia, ahora por debajo, creando un hermano pequeño para el Q3 y adentrándose en el popular segmento de los SUV compactos.
No nuevo, sino renovado, será el segundo: la siguiente generación del Q5. Le llega el turno al segundo de la familia SUV y el gran interrogante es que camino va a seguir la marca en este caso. ¿Seguir la línea actual del modelo u optar por lo visto en el Q7, que ahora recuerda más a un allroad?
Y con vistas a un futuro no tan inmediato, Rupert Stadler, Presidente de Audi, afirma que: “Una parte importante de nuestra inversión es, naturalmente, en el campo de los sistemas de propulsión alternativos”. Lo que se traducirá en 2018 en “el primer vehículo de la marca de los cuatro aros producido en serie con propulsión eléctrica, basado en el concepto Audi e-tron quattro”.
Si miramos un par de años más allá, el objetivo del fabricante es tener una gama de 60 modelos diferentes.
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