En el mundo de la compraventa de coches hay que moverse siempre con pies de plomo. De lo contrario, se puede acabar cayendo en una mala compra que acabe saliendo muy cara. O en un estafa, como le sucedió a esta chica según lo que ha contado en sus redes sociales.
La joven en cuestión se llama Charlotte y ha compartido un vídeo en su perfil de Instagram, entre lágrimas, contando lo sucedido. Los comentarios del vídeo se dividen entre las dudas sobre su veracidad y las críticas a la creadora de contenido: “¿Ha sido un príncipe nigeriano?”, le preguntan.
La historia es, desde luego, inverosímil. Y es que solo con ver la primera imagen, cortada, del coche, cualquier usuario podría darse cuenta de que ese coche de Ferrari, tiene poco. Al parecer, ella ni siquiera sospechó. De hecho, se pregunta por qué alguien ha sido capaz de hacerle eso: “¿Es porque soy mujer? ¿Es porque soy rubia?”.
La estafa del Ferrari falso en la que ha caído esta joven residente en Reino Unido empieza cuando empezó a buscar un coche especial para darse un capricho con el dinero que había ganado. Charlotte es creadora de contenido en redes sociales y de contenido para adultos en otras plataformas.
Adquirió este Ferrari falso por nada más y nada menos que 250.000 libras. Al compartir imágenes del coche, empezó a recibir comentarios que ponían en duda la autenticidad del supuesto deportivo italiano, lo que le hizo desconfiar.
Según cuenta ella misma, llevó el coche a un centro Ferrari para salir de esas dudas y, ahí, le confirmaron el peor de sus temores: efectivamente, el coche era falso y había caído en una estafa.
Se trata de un Smart Roadster
Y es que solo basta echarle un vistazo rápido al coche para darse cuenta de que no se trata, ni de lejos, de un Ferrari. Es un Smart Roadster, un coche que produjo la marca entre 2003 y 2005. Para camuflarlo, el vendedor le pegó pegatinas y decoraciones de Ferrari en la carrocería y las llantas.
Tenía dos puertas, una estética deportiva y se ensamblaba en la fábrica de Hambach, en Francia. Tenía varias opciones de motor, de 60 y 80 CV, y dos carrocerías, la Roadster y la Roadster Coupé. Aunque durante el primer año las ventas fueron satisfactorias, los problemas mecánicos asociados a este Smart Roadster acabaron haciéndolo un modelo poco rentable, por lo que se suspendió su producción.
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