El RACE, en colaboración con otros clubes del automóvil europeos, ha participado en un estudio para evaluar la seguridad que ofrecen las sillas infantiles de bajo coste ante los accidentes. Se han analizado 11 modelos, con un precio máximo de 70 euros, y los resultados ponen de relieve un nivel de protección inferior, y en muchos casos deficiente, frente al que proporcionan las sillas para niños de coste medio y alto.
De los 11 asientos probados, ninguno ha logrado la mejor calificación de «muy satisfactorio», y solo uno ha conseguido la segunda mejor de «satisfactorio». Ha sido el Obaby Tiny Tatty Teddy (válido para niños de hasta 13 kilos y, aproximadamente, un año y medio). Otros cuatro han obtenido un aprobado o «aceptable», y los seis restantes han suspendido y recibido la peor nota: «muy insatisfactorio».
Los aprobados corresponden a los modelos Nania Racer SP y Fisher Price FP3000, ambos adecuados para niños de nueve a 36 kilos y de uno a 12 años, y a los Fisher Price FP4000 y Vivitta JAN AB 710-B, que están diseñados para pesos de 15 a 36 kilos y edades de cuatro a 12 años.
Los suspensos son para las sillas Nania Safety Paris SP (hasta 18 kilos y cuatro años), Tiggo Bebehut (nueve a 36 kilos y de uno a 12 años), Nania Starter SP (15 a 36 kilos y de cuatro a 12 años) y tres modelos de United-Kids de la misma categoría (nueve a 36 kilos y uno a 12 años): Alpha Deluxe, Kid Comfort y Kidstar.
El estudio valora, aparte de la protección que ofrecen las sillas, otros factores como el contenido de sustancias que puedan ser nocivas: por ejemplo, al subir mucho la temperatura en el interior al dejar el coche aparcado al sol.
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