De lujo, SUV y descapotable (al menos parcialmente). Así es el Mercedes-Maybach G650 Landaulet, el primer todocamino de Maybach y que la propia marca adelantó hace unos días con una escueta imagen.
Construido sobre un Clase G, sus capacidades off-road están a la altura, y dado que encima equipa las entrañas de un G65 AMG, sus prestaciones también. Por partes. Para salir fuera de pista cuenta con una distancia libre al suelo de 450 milímetros, con reductora y equipa tres diferenciales autoblocantes (delantero, trasero y central). Para exprimirlo en asfalto, su motor 6.0 V12 de 630 CV y 1.000 Nm de par asegura una pegada contundente, con una aceleración 0-100 km/h en menos de seis segundos y una velocidad máxima limitada a 180 km/h.
Pero si de la parte prestacional se encarga la dupla Mercedes-AMG, cuando le llega el turno al lujo entra en acción Maybach. Lo primero ha sido optar por la versión de batalla extendida del modelo, lo que aumenta la distancia entre ejes y redunda en un mayor espacio interior, sobre todo para las plazas traseras.
Y es que, aunque cueste creerlo, posiblemente en este G650 Landaulet sea mejor ir en los asientos traseros que conduciendo. ¿Las razones? Muchas y de bastante calidad. Para empezar, el techo es de lona y se puede descapotar. Los asientos son los del Clase-S, por lo que se inclinan casi hasta posición horizontal y cuentan con reposapiernas. Cada pasajero tiene a su disposición una pantalla colocada en el respaldo delantero y una mesa, y en el túnel central los reposavasos pueden enfriar o calentar la bebida. Además, un cristal de privacidad separa –si se desea– las plazas delanteras de las traseras.
Se presentará en el Salón del Automóvil de Ginebra, donde probablemente se revele el precio de cada una de las 99 únicas unidades que se producirán.
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