El adiós a los coches de gasolina, más cerca: este cambio abaratará los modelos eléctricos

Una caída histórica en el coste de las baterías va a provocar que los eléctricos tengan un precio similar a sus homólogos de combustión.

Electricidad o gasolina

El mercado automovilístico está experimentando una transformación sin precedentes, y una de las fuerzas motrices detrás de este cambio es la continua caída en el precio de las baterías de iones de litio. De acuerdo con los datos que acaba de presentar P3 Group, una de las firmas de consultoría de gestión más importantes del mundo, el coste de este componente, el más caro en la fabricación de un coche eléctrico, se ha desplomado en los últimos meses, beneficiando directamente a los consumidores.

Este abaratamiento está allanando el camino para que los vehículos de cero emisiones sean cada vez más competitivos. Los números hablan por sí solos. Mientras que en 2022 el coste de las baterías superaba los 120 euros por kWh, las cifras actuales son asombrosamente inferiores: alrededor de 54 euros por kWh para las baterías LFP y 58 euros/kWh para las NMC. La tendencia, lejos de detenerse, apunta a un descenso adicional de entre el 10 y el 15 % de aquí al año 2030.

China manda

Sin embargo, el panorama no está exento de desafíos, especialmente para los fabricantes europeos. El principal obstáculo es la marcada dependencia del mercado asiático, en concreto de China, país que domina la extracción de los metales necesarios y la producción de baterías. De hecho, los precios a la baja antes mencionados se aplican a las células importadas de China, que son cerca de un 20 % más económicas incluso después de sumar los costes de exportación. Ante esta situación, la Unión Europea ya trabaja en la diversificación de sus cadenas de suministro.

La consecuencia más evidente de este abaratamiento es la inevitable rebaja en el precio final de los coches eléctricos. A medida que las baterías se vuelven más accesibles, la barrera económica para adquirir un vehículo de este tipo se reduce. Esto no solo facilita la transición hacia una movilidad más sostenible, sino que también abre las puertas a una mayor oferta de modelos con autonomías más amplias, lo que podría acelerar aún más la adopción masiva de la electromovilidad.

¿Compra o renting?

Así, con todos estos datos en mente, en Dinamarca —uno de los países más avanzados de Europa en la adopción del coche eléctrico— está surgiendo una pregunta crucial para quienes barajan la compra de un vehículo eléctrico nuevo: ¿es este el mejor momento para hacerlo? La considerable pérdida de valor que ya experimentan estos coches se agrava con el abaratamiento de su componente más caro, las baterías. Esta incertidumbre hace que muchos se cuestionen si la adquisición es la mejor opción a largo plazo o si es más prudente esperar.

Ante este panorama, el renting se presenta como una alternativa muy atractiva. Optar por esta modalidad permite a los usuarios disfrutar de los beneficios de un coche eléctrico sin asumir el riesgo de una pérdida de valor repentina y significativa. Al no ser propietarios del vehículo, se evitan las desagradables sorpresas en el mercado de segunda mano, lo que ofrece tranquilidad y la posibilidad de cambiar de modelo con mayor frecuencia.

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