El Fiat 500 L era el único miembro de la saga 500 que no se había actualizado. Ahora, Fiat presenta una versión renovada y de la que dicen que tiene “un 40% de componentes nuevos”. A primera vista se aprecia un nuevo frontal en la carrocería y un salpicadero, volante e instrumentación más cuidados en la cabina. Y al profundizar, salen también a relucir un equipo multimedia más completo y con mejores gráficos, y un motor que puede funcionar con gas natural comprimido para reducir las emisiones (y los costes de uso).
La variante 2017 del modelo ya está a la venta desde 17.250 euros, que bajan a 11.950 al aplicar todas las promociones disponibles: descuento directo, y primas por entregar un coche usado y financiar la compra con la marca. Y toda la gama tiene cuatro años de garantía o 100.000 kilómetros, lo que primero llegue.
Se siguen ofreciendo tres alternativas, aunque con denominaciones diferentes: 500 L Urban (antes 500 L), 500 L Cross (Trekking) y 500 L Wagon (Living), que tiene mayor tamaño. Los dos primeros miden 4,24 metros e incluyen cinco plazas y un maletero de 455 litros, mientras que el Wagon crece a 4,38 metros, lleva siete plazas y, con las dos últimas plegadas, la zona de carga ofrece 638 litros.
Luca Parasacco, consejero delegado de FCA en España, la matriz de Fiat, comentó en la presentación que los monovolúmenes compactos, como el Fiat 500 L, componen un “segmento del mercado que está desapareciendo”, por sus ventas cada vez menores, pero que el Fiat 500 L “ha captado desde su lanzamiento más de la mitad de pedidos”. Y Raúl García, responsable de estrategia de marca para Fiat y Abarth, lo expresó con números: de las “20.000 unidades que se mueven en España, más de 10.000 corresponden a nuestro modelo”.
Los monovolúmenes compactos se han visto superados por los SUV del mismo tamaño, que “han crecido un 27%”, según García, y por eso la versión renovada del Fiat 500 L trata de reposicionarse ahora en el mundo campero, al igual que ha hecho Opel con su ya descatalogado Meriva (reemplazado por el Crossland X) y van a hacer otras como Citroën (cambiará su C3 Picasso por un C3 Aircross).
El Fiat 500 L de 2017 muestra un rostro muy similar al de los actuales 500 y 500 X, al mismo tiempo que recibe también nuevas llantas y otros detalles de estilo que consiguen refrescar la imagen y mejorar el empaque (aunque siguen siendo modelos con un formato cuadrado más funcional que estético).
Por dentro, se modifica casi todo el puesto de conducción y, al igual que sucede con la carrocería, logra transmitir un punto más de calidad y sofisticación. La pantalla central puede ser de siete pulgadas (cinco, de serie) y tanto el navegador como los diferentes menús presentan gráficos más modernos y detallados. Además, los mandos del climatizador y el pomo de la palanca de cambios se han elevado un poco para facilitar su accesibilidad.
En la mecánica no hay cambios, salvo la mencionada versión de gas natural comprimido (GNC), que se asocia a un motor 0.9 turbo de gasolina y 80 CV (desde 16.180 euros, con promociones) y puede ser interesante por sus ventajas asociadas.
Como todas las propuestas con esta tecnología, el coche puede funcionar con gas y gasolina (incluye dos depósitos), pero la idea es usar siempre el primero, por su mayor ecología y, solo cuando se agote, pasar a la otra. Y es que el GNC reduce las emisiones de dióxido de carbono (CO2) un 15% y las de óxidos de nitrógeno (NOx) un 85%. Y como cada kilo (sí, kilo, no litro) sale por unos 0,9 euros, resulta además más barato que los carburantes tradicionales y permite reducir los costes de uso un 30% respecto al gasóleo y hasta un 50% frente a la gasolina. Y como recibe el etiquetado Eco de la DGT, puede acceder al centro de la ciudad aunque se activen las restricciones de tráfico por contaminación.
Por lo demás, el Fiat 500 L de 2017 está disponible con dos motores diésel, 1.3 Multijet de 95 CV (manual y automático) y 1.6 Multijet de 120, y otros dos de gasolina, 1.4 de 95 CV y 0.9 Twinair de 105, aparte de una variante adicional, con motor 1.4 turbo de 120 CV, que puede funcionar con GLP o gas licuado del petróleo (diferente al GNC).
Ningún motor puede disponer de tracción 4×4, solo delantera, aunque las variantes Cross, como ya sucedía en el anterior Trekking, disponen de neumáticos mixtos M+S (refuerzan la motricidad fuera del asfalto), una suspensión elevada 25 milímetros (antes 15) y un mando que permite activar una función especial del control de tracción y, asimismo, el control de descenso.
El Fiat 500 L Urban se ofrece con acabados Pop Star y Lounge, mientras que el Cross es solo Cross y el Wagon solo Lounge. La familia al completo viene bien equipada de serie, con elementos como aire acondicionado, puerto USB, bluetooth, sensores traseros de aparcamiento y, salvo en el Urban Pop Star, también llantas de aleación.
El equipo de seguridad incluye seis airbags, control de estabilidad y frenada automática de emergencia hasta 30 km/h, entre otras cosas, y, pagando 180 euros, se puede montar una rueda de recambio de emergencia (viene con kit reparapinchazos), menos en las dos versiones de gas, porque el segundo depósito quita ese hueco.
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