Puede que los todocaminos dominen la tierra en 2017, pero todavía hay adalides de los todoterrenos de toda la vida, fuertes y robustos que, eso sí, han aprovechado el paso del tiempo para modernizarse y ofrecer unos niveles tecnología y confort que antiguamente no estaban a su alcance. Entre ellos hay uno que destaca sobre el resto, el Mercedes Clase G. En producción desde el año 1979, acaba de conseguir un nuevo hito: fabricar su unidad 300.000.
Eso demuestra que por el Clase G no pasan los años y que su popularidad no baja, a pesar de que no se trata de un vehículo barato: las versiones más básicas arrancan en los 80.000 euros, cantidad que puede superar el cuarto de millón de euros en caso de que alguien se decante por el AMG G65.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.