Se trata, sin duda, de una de las decisiones más importantes que podemos tomar. Es un desembolso sustancial, por lo que se trata de una decisión que es fruto de horas y horas de reflexión y de decenas de cálculos. Comprar un coche nuevo supone un golpe importante para nuestros ahorros y por ello no podemos dejarnos llevar por los impulsos y los colores llamativos de las ofertas de los concesionarios.
Conviene elegir el momento ideal, comparar presupuestos y ser extremadamente astutos. De hecho, según un estudio elaborado por la OCU, las diferencias entre el precio inicial ofrecido y el finalmente suscrito, dependiendo de la marca o la ubicación de concesionario, pueden variar hasta en un 24%. Cualquier estrategia debe ser armada hasta el último detalle. Y como son muchos los aspectos a tener en cuenta, aquí van algunos trucos para redondear la que puede ser una de las mejores compras de nuestra vida.
La importancia del presupuesto
Es el punto de partida para comprar coche nuevo. Conviene empezar mirando el precio en la página web del fabricante, atendiendo bien al equipamiento que incluye el coche, para ir al concesionario con una idea más o menos conformada. Todo presupuesto que se nos ofrezca deberá estar desglosado con todo detalle, incluyendo el precio base del coche, los datos generales y los específicos del vehículo, los costes de entrega, de matriculación…
Ese será, desde el primer momento, el arma que podremos esgrimir para gestionar cualquier rebaja o para evitar que ningún vendedor quiera ofrecernos cantidades que no se correspondan con lo adecuado. E importante: que la cuota ofrecida sea exactamente lo que vamos a tener que desembolsar al mes; todo bien sumado, sin asteriscos ni “ah, no, pero esto es la base, lo demás corresponde a…”.
Comparar y comparar
Porque no es lo mismo comprar coche nuevo en Madrid que en Ávila. No hay que descartar la visita a varios concesionarios, de la misma ciudad y de provincias limítrofes, porque nunca se sabe dónde estará la mejor oferta. Cada concesionario funciona con unos cupos y cada comercial es un mundo, así que conviene comparar antes de comprar. Y también hay que atender al momento: tampoco es lo mismo decidirnos en enero que en diciembre. Si el punto de venta no ha cumplido su cupo y se acerca ya el cierre del ejercicio, probablemente esté mucho más dispuesto a negociar pensando en llegar a sus cifras previstas
La baza de los descuentos
Empieza la negociación. Con el presupuesto en la mano y las dotes interpretativas a flor de piel, llega el momento de dejarse querer. Pero, para ello, hay que tener claro hasta qué punto queremos dejarnos ganar terreno, y de ahí la importancia de ir con el presupuesto bajo el brazo. Con él, podremos hablar con propiedad y, apoyados en las comparaciones que hayamos realizado previamente, podremos tensar la cuerda del comercial para lograr los descuentos más abultados.
Y no hay que hacer caso al “eso es imposible”. La mayoría de los descuentos son discrecionales, así que todo es posible, sobre todo cuando se trata de comprar y vender. Y hay que rascar hasta el final: incluso en el momento de la firma, no está de más intentar sacar un extra de última hora.
Financiación sin letra pequeña
Este es otro de los apartados en los que el precio final puede sufrir una mayor oscilación, así que hay que preguntar hasta el último detalle. Por ejemplo, puede suceder que parte de la cuota que firmemos contemple un concepto de seguro por si el titular fallece, algo así como un seguro de vida para el coche, que puede eliminarse. Será una cantidad baja, pero la cosa cambia si se multiplica por todos los plazos.
Por ello, si nos decidimos por la vía de la financiación, hay que exigir que todas las condiciones se aporten por escrito, para poder dedicar el tiempo que sea necesario a estudiarlas, y no dejarse llevar por las aparentemente ventajosas condiciones que el comercial nos cuenta de palabra. La OCU también denuncia, en el mismo estudio, que tres de cada cuatro comerciales consultados se negaron a dar una información clara. Por algo será.
Coches de exposición o kilómetro 0
Una buena forma de lograr un precio más que aceptable es decantarte por alguno de los coches que tengan de exposición o que ya estén matriculados (no tendrán más de 100km). No podremos elegir color, equipamiento ni extras, pero si lo que nos duele es el bolsillo, será sin duda una opción valorable.
Perder la vergüenza
Pedir, pedir, pedir y pedir, para después, seguir pidiendo. Es lo habitual: comprar un coche nuevo es similar a un regateo en cualquier zoco, así que no hay que escatimar en teatralidades (el estupor en nuestra cara al ver el presupuesto por primera vez debe ser evidente) ni tener reparos en entrar en el tira y afloja. Ya se sabe: “contra el vicio de pedir, la virtud de no dar”, a lo que hay que añadir que “aquí, el que no llora…”.
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