En Estados Unidos sienten una pasión irrefrenable por las carreras en línea recta: el drag es casi la competición más importante y marcar un buen tiempo en el cuarto de milla (402,34 metros), motivo de prestigio.
No extraña, por tanto, que algunos fabricantes opten por desarrollar versiones específicas de sus modelos para este tipo de competiciones. En el caso de Chevrolet, el COPO Camaro es el representante por antonomasia, creado para destrozar el cronómetro.
La marca ha presentado la versión 2017 en el SEMA Show de Las Vegas, una serie limitada de 69 unidades, no homologada para circular por la calle, que tendrá varias opciones mecánicas disponibles que se adaptan a las categorías de la competición. Así, el 350 monta un bloque V8 sobrealimentado de 530 CV, el 427 un 7.0 atmosférico y el 376 un 6.2.
Todos los bloques van asociados a una caja de cambios específica automática de solo tres relaciones. No es lo único que comparten: cuentan con una jaula antivuelco homologada por la NHRA, un chasis optimizado, barras anticaballitos en la zaga y suspensiones específicas.
La novedad es que la marca ha lanzado el Camaro SS Drag Race Development Program, una suerte de «hazlo tu mismo» con las piezas y las instrucciones necesarias para transformar un Camaro de serie en un coche de drag.
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