El medidor de Bugatti: el hombre responsable de alcanzar la perfección

Grégoire Haller-Meyer trabaja como metrólogo para la marca y se asegura de que en cada hiperdeportivo esté todo en su sitio.

Bugatti

La atención al detalle es total en Bugatti.

Los controles de calidad se presuponen en todas las marcas de coches, pero en las prémium, como es lógico, la exigencia de los clientes es mayor. Y todo sube a un nuevo nivel en el caso de las de lujo. Por ese motivo, en Bugatti tienen contratado a un empleado que se encarga de comprobar que cada uno de sus hiperdeportivos sea perfecto:  Grégoire Haller-Meyer.

Su puesto es el de metrólogo, y nadie mejor que él mismo para describir cuál es su función: “Todos los componentes deben ser técnica y ópticamente perfectos en todos los aspectos. Pero, sobre todo, la apariencia general de un Bugatti debe ser de perfecta armonía. El exterior y el interior de cada creación deben poseer un equilibrio perfecto entre estética, comodidad y calidad”.

Para conseguirlo, mide y analiza todos los componentes de cada uno de los coches que salen de la línea de producción a mano, así como su posición óptima, para que todos los ajustes del vehículo sean perfectos.

Puede sonar un poco abstracto, pero un caso particular lo aclara: “Por ejemplo, tengo que encontrar la razón por la cual el hueco entre dos componentes se desvía de nuestras tolerancias especificadas, aunque sea por solo un milímetro. Después de todo, esto podría generar ruidos indeseados a las altas velocidades que alcanzan nuestros hiperdeportivos”, señala.

Precisión milimétrica en Bugatti

Para llevar a cabo un trabajo tan meticuloso, Haller-Meyer cuenta con herramientas variadas, que van desde las clásicas hasta modernos escáneres en tres dimensiones con una precisión de hasta 0,005 milímetros.

Si en el análisis detecta que un componente, del tamaño que sea, se desvía mínimamente en su construcción o ubicación, comienza la búsqueda de la raíz del problema, llegando hasta cómo se ha ensamblado para identificar de qué deriva dicha desviación. Una vez localizada, se comunica con la parte correspondiente del equipo de manufactura para que el problema se resuelva y que, además, no se repita.

Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, Twitter o Instagram

Mario Herráez

Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.

Salir de la versión móvil