David Brown Automotive es uno de esos fabricantes artesanales de automóviles desconocidos por el gran público, pero cuyo trabajo destila calidad a raudales. Con un único modelo en su catálogo, el deportivo retro Speedback GT, la compañía ha sorprendido con el anuncio de su segundo lanzamiento: el Mini clásico remasterizado.
El objetivo es ofrecer una reinterpretación del clásico eliminando los problemas de los coches antiguos y añadiendo tecnología actual. Como con el GT, se tratará de un coche muy exclusivo: cada una de las únicas 100 unidades que se fabricarán estarán hechas a mano, lo que supone aproximadamente unas 1.000 horas de trabajo para cada una.
Para ser respetuosos con el clásico, la base de este renacido Mini será la original, aunque contará con refuerzos en el chasis que mejoran su rigidez, comportamiento y seguridad, así como con nuevos paneles de carrocería que suavizan su imagen. Algunos detalles que ponen al día al urbanita son la parrilla de aluminio, los nuevos faros delanteros y los pilotos traseros LED.
El habitáculo combina a la perfección la elegancia retro con la tecnología moderna. Así, la tapicería es de cuero, el volante de tres radios combina madera y aluminio, y los relojes del cuadro de instrumentos tienen un diseño clásico. Llama la atención el contraste que supone la consola central, formada por una pantalla táctil a color compatible con Android Auto y Apple CarPlay. No es el único detalle de este tipo, puesto que además hay un par de entradas USB, se puede acceder sin llave y el motor arranca por botón.
Hablando del propulsor, la marca afirma que es el mismo bloque de 1.275cc del original, aunque puesto a punto para entregar hasta un 50% más de potencia. Sigue estando asociado a una caja de cambios manual de cuatro marchas (mejorada, igual que ocurre con la suspensión y el sistema de frenos).
Por el momento se desconoce su precio, pero siendo un vehículo artesanal y del que solo habrá 100 ejemplares en todo el mundo, con seguridad que no será barato.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.