Aparcar en las grandes ciudades siempre ha sido complicado, por mucho que actualmente los conductores pongan el grito en el cielo debido a las restricciones de estacionamiento que provocan las zonas de bajas emisiones y las áreas reguladas, estos inconvenientes ya exprimían la paciencia de los usuarios hace seis décadas.
El automóvil y la ciudad nunca han tenido un encaje óptimo. Muchos peatones se quejan de que las grandes ciudades están diseñadas para favorecer al coche; por su parte, los conductores creen que se necesitan más zonas para aparcar y así poder moverse con más libertad sin tener que recurrir al transporte público o cualquiera de las otras soluciones de movilidad urbana.
En España, en los años 60, se vivió un crecimiento económico extraordinario, conocido como el Milagro Económico Español. Este periodo de prosperidad cambió profundamente la estructura social y económica del país. Entre los múltiples efectos de este crecimiento, destacó el aumento notable en el número de automóviles.
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Aparcar en Madrid
A mediados de la década de 1950, había aproximadamente 80.000 coches circulando por las carreteras de España. Diez años después, el número de vehículos se había duplicado, esto implicó que muchas ciudades no estuvieran preparadas para acoger este medio de locomoción. La capital de España fue de las más afectadas. Este video de Filmoteca Española, fechado el 2 de septiembre de 1963, deja buena constancia de ello.
La expansión del mercado de automóviles significó que más ciudadanos pudieron adquirir coches, aumentando significativamente la demanda de espacio para aparcar. Madrid, como muchas ciudades de esa época, no estaba diseñada para manejar el volumen creciente de vehículos. Las calles eran estrechas y el diseño urbano no había sido adaptado para la nueva realidad del tráfico y el aparcamiento.
Además, existía una enorme falta de infraestructuras para el aparcamiento de automóviles, como garajes subterráneos o grandes estacionamientos. Esto incrementó los problemas de aparcamiento en zonas residenciales y comerciales. No fue hasta la década de 1970 cuando el Ayuntamiento de Madrid comenzó a implementar políticas para regular el aparcamiento, como la creación de zonas de aparcamiento regulado con parquímetros. Aunque el problema, lejos de solucionarse, llega hasta la actualidad.
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Entusiasta del motor en toda su magnitud, preferiblemente los V12. Le dijeron que cuatro ruedas eran mejor que dos, por eso se compró otra moto. Claro que también le apasiona cuando van las cuatro juntas. Ha trabajado como creativo publicitario para muchas marcas de coches y motos e hizo la mili en esto de juntar letras en la editorial Luike.