Hace tiempo que las marcas se dieron cuenta de que muchos clientes, aunque no quieran las motorizaciones más potentes para su coche, sí buscan una imagen que tenga cierto aire deportivo. Desde entonces han sabido aprovechar el nicho de mercado con versiones visualmente llamativas que no implican dejarse el sueldo en combustible. El nuevo Kia Rio GT-Line es el perfecto ejemplo.
De una vistazo queda claro que se diferencia de los Kia Rio normales. La parrilla negra tiene un acabado cromado, monta las luces antiniebla en formato de cuadrícula (que ya vimos en el pro_cee’d GT), calza llantas específicas de 17 pulgadas y el escape es doble. Kia añade a esta versión luz diurna tipo LED, estribos y un pequeño alerón negro. Además, la carrocería puede elegirse en cinco colores: Aurora Black, Signal Red, Clear White, Platinum graphite y Silky Silver.
El interior también presenta detalles propios, como los asientos tapizados en cuero sintético, las costuras de contraste grises, los apliques de metal, molduras con acabado similar a la fibra de carbono y el volante deportivo.
No hay mejoras a nivel mecánico, y el Kia Rio GT-Line solo está disponible con el motor 1.0 T-GDi en sus variantes de 100 y 120 CV, siempre con caja de cambios manual de seis velocidades. A lo largo de 2018 se extenderá a los motores de acceso y también a las variantes con caja de cambios de doble embrague y siete relaciones.
Michael Cole, director de Operaciones de Kia Motors Europa, está seguro del éxito de esta versión: «El Rio es uno de nuestros modelos de mayor venta en todo el mundo, y en Europa ya hemos vendido más de 54.000 unidades del nuevo modelo. La nueva versión GT-Line realza el atractivo del coche y ayudará al crecimiento de las ventas del Rio gracias a sus numerosos elementos de seguridad y confort, su excelente versatilidad y su estilo deportivo».
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